Cultura

A sol y asombro, libro con testimonios de Esther Seligson sobre la última vuelta en espiral de su vida

Cada libro se vuelve como un diario y recojo los textos que todavía me siguen diciendo algo y que considero actuales para cualquier lector

En el libro A sol y asombro, publicado por la Secretaría de Cultura en su colección Periodismo Cultural (2010), el periodista Alejandro Toledo incluye una entrevista con la escritora, traductora, historiadora y poeta mexicana Esther Seligson (25 de octubre 1941- 8 de febrero de 2010) en la que habla de las experiencias que encausaron su discurso literario y procesos creativos hacia los últimos años de su vida, entre otras cosas.

El encuentro para esa charla se dio en el contexto de la publicación de su libro Toda la luz (2006), publicado por el Fondo de Cultura Económica, que fue realizado a partir de dos antologías publicadas por Ediciones sin Nombre: Toda la luz (2002) y Jardín de infancia (2004) y del texto “Euridice vuelve” “que daba por terminada esa serie de recurrencias de la autora hacia personajes de la mitología. ‘Cierro todo un ciclo o una forma de escribir, si es que eso es posible’”.

Previo a la publicación de Toda la luz que reúne una selección de textos en prosa, el FCE le publicó también una serie de ensayos agrupados en A campo traviesa (2005). Durante su residencia en Jerusalén -donde vivió cinco años-, Seligson integró el contenido de ambos con trabajos escritos a lo largo de cuatro décadas.

Para la selección admite que “cada libro se vuelve como un diario, y recojo los textos que todavía me siguen diciendo algo y que considero actuales para cualquier lector, por ejemplo, para integrar A campo traviesa“seleccioné entre lo que tenía a la mano, porque raramente guardaba originales o copias, y sigo sin usar computadora. Creo que lo que conservé, lo que está en la antología, es lo que siguió importándome”.

En la entrevista la autora aclara “me molesta mucho que definan a mis textos como prosa poética o como lírica. Por eso a mi escritura le llamo ‘textos’, ni relatos, ni cuentos”. “En Toda la luz se incluye Otros son los sueños, el libro que ganó el Premio Xavier Villaurrutia, que para mí es una nouvelle, como dicen los franceses”.

“Cada parte cierra ciclos sentimentales, digámoslo así. Es como una catarsis, un decir: ‘¡ya!’”. “Insisto, me gusta la sensación de que se cerró un ciclo, como la serpiente que se muerde la cola, para a partir de ahí desplegar lo que estoy haciendo ahora.”

“Siento que esta antología, Toda la luz, termina cosas. Hay que cambiar de piel. Todos cambiamos astrológicamente cada siete años, aunque no todos se dan cuenta, no todos quieren, no todos aceptan, pero yo sí… por mi idiosincrasia, digamos. No me queda de otra. Con eso y con el regreso definitivo a México, luego de seis años de autoexilio, también para mi significa otra vuelta en la espiral; la última, quizá.”

Entre sus contemporáneos se cuentan Alejandro Jorodowsky, José Emilio Pacheco, Alejandro Aura, Elsa Cross y Federico Campbell, aunque su escritura era distinta, ella consideraba que tenían intereses en común. Seligson identificó como a sus maestros a Octavio Paz, Tomás Segovia, Salvador Elizondo y Juan García Ponce. “Eso de que ‘tu escribes y estás solo con tus palabras’ no es cierto. Es clarísimo que pertenezco a una generación.”, reconocía.

En esta conversación con Alejandro Toledo, le explica cómo llegó a Lisboa, luego de la muerte de su hijo, donde vivió casi un año y cómo su estancia en Ashkelon y Jerusalén también fueron determinantes para escribir Simiente y concluir sus antologías de prosa crítica y prosa de creación.

En cuanto al cambio que se da en su escritura, a partir de esos años que vivió fuera de México, señaló que “se abren otros registros del ser. Creemos que nos conocemos, y no es cierto. Somos inagotables, y tenemos varios registros que probablemente en una vida no lograremos abrir”, en su caso reconoce que en esas ciudades “otros registros del ser se abrieron, y gracias a ellos he podido volver a México. Alguien lo llamaría envejecer, alguien lo llamaría sabiduría, sabiduría que te da la vida vivida… y la edad”

En esta conversación, incluida en A sol y asombro, el entrevistador y la entrevistada hilvanan palabras en las que se descubre el pensamiento de ella con respecto a la mirada del escritor, la llamada literatura femenina que ella considera inexistente ya que “La literatura es literatura, ni femenina ni masculina o las dos cosas, o no es literatura”.

Con respecto al rumbo que tomaría su escritura señaló “es la escritura la que va a encaminarme” y recordó las caminatas de regreso a casa después de cenar en la casa de Cioran y Simone, acompañada del primero a quien le gustaba conversar con la gente que encontraba durante el recorrido por las calles -borrachos, porteras de edificios, peatones-  y luego escribía sobre esas experiencias.

“Me cuesta un gran esfuerzo enfrentarme a la página en blanco y que salga la primera frase, lo mismo si estoy escribiendo una carta o una crítica de teatro”. “Para mí no hay distinción, y lo único que me pregunto es cuál va a ser el culto o el rito con lo verbal: Para mí lo sagrado es la palabra”, concluyo Seligson, quien el pasado 25 de octubre estaría cumpliendo 76 años.

En A sol y Asombro, libro prologado por Humberto Musacchio, Toledo presenta también entrevistas con Jaime Sabines, José Saramago, Fernando Savater, Juan Goytisolo y Julián Ríos; así como un resumen de sus encuentros con Vicente Leñero, un par de relatos alpinos vinculados a Luis Leal y Seymour Menton, luego “continúa la memoria de importantes protagonistas del más sobre hechos deportivos que también merecieron preservarse en el tiempo en las páginas de un libro como son las realizadas a Fernando Marcos, Ignacio Trelles, Víctor Manuel Piñal, Roberto el loco Martínez y Bonifacio Nuñez.

Recuerda en sus textos a los futbolistas Ferenc Puskas (máximo goleador de la liga española en tres temporadas, de 1960 a 1964), a Edson Arantes do Nascimento Pelé y cierra con un apartado que contiene cuatro textos con entrevistas vinculados a la Tauromaquia, mismos que aproximan al lector a figuras como Silverio Pérez, Antonio Lomelín, Cristina Sánchez y Eulalio López, Zotoluco.

Musacchio asegura que “hay de entrevistas…“ “es precisamente el servicio al lector lo que está presente en las páginas que siguen, en las que Alejandro Toledo, hombre de letras metido por azar en el periodismo, entrevista a escritores, futbolistas y toreros” el autor “conoce y acata las exigencias de veracidad del periodismo, pero al poseer los secretos de la alquimia literaria transmuta la materia vil en metal precioso y combina las palabras de manera que no traiciona al declarante, pero le da una claridad y precisión de la que carece”.

El libro A sol y asombro se encuentra a la venta en el portal de Educal a un precio de 185 pesos y al igual que otros títulos de la colección Periodismo Cultural, puede ser adquirido en los mostradores de la Red Nacional de Librerías de la comercializadora.

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