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Politécnicos llevan auxilio médico a comunidades de Durango por bajas temperaturas

Atendieron niños pequeños de entre 2 y 4 años los cuales en su mayoría presentaron problemas menores en dientes a quienes se les aplicaron leves dosis de flúor para fortalecer el esmalte

DURANGO, Dgo.- Brigadistas de servicio social comunitario del Instituto Politécnico Nacional (IPN), abrigados con chamarras, gorros y guantes ante temperaturas de hasta cero grados, salieron a diferentes puntos de la capital de la entidad para brindar atención médica a nueve guarderías del DIF, así como a diversas telesecundarias para impartir talleres sobre elaboración de composta y sistemas de hidroponía, además de proponer productos turísticos en Peñón Blanco.

Durante la visita médica a una de las guarderías, Fabiola Carolina Hernández Zenón, odontóloga del Centro Interdisciplinario de Ciencias de la Salud (CICS), Unidad Santo Tomás, comentó que atendieron niños pequeños de entre dos y cuatro años, los cuales en su mayoría presentaron problemas menores en dientes, en los que se colocaron leves dosis de flúor para fortalecer el esmalte.

De igual modo, la brigada que ella coordina, compuesta por tres odontólogos, un doctor, dos enfermeras y un optometrista, también brindó servicio médico  y tratamiento a la gente en situación de calle que acude a uno de los albergues de la capital. Los politécnicos identificaron problemas en vías respiratorias, ocasionados por las bajas temperaturas presentadas en los últimos días.

Por otra parte, a unos 20 minutos de terracería, sobre la carretera Zacatecas-Durango, en la comunidad del Arenal, la brigada de Ciencia en tu Comunidad fue a la telesecundaria de la localidad para enseñar a los adolescentes a reciclar la basura generada en sus casas y transformarla en composta y obtener el humus que funciona de fertilizante y abono para huertos familiares, así como a construir sus propios sistemas de hidroponía con distintas hortalizas como lechuga, espinaca y jitomate.

Pedro Daniel Manuel Limeta, estudiante de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (ESIME), Unidad Azcapotzalco, explicó paso a paso, cómo elaborar la composta, desde preparar el recipiente, con agujeros que permiten el paso del aire, hasta agregar los ingredientes como hojas, ramas, trozos de cáscaras de naranja, que aportan nitrógeno y carbón. También incluye abono de vaca o ave, que acelera el proceso. Esta técnica permite ahorrar dinero, e inclusive generar un negocio propio a partir de los desechos orgánicos.

La brigada de ingeniería, a cargo del coordinador Benjamín Torres,  profesor de la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura (ESIA), Unidad Ticomán, tuvo la encomienda de revisar la red sanitaria e hidráulica de un albergue que mide cerca de una hectárea, para lo cual se realizó el levantamiento topográfico. Con los datos que obtuvieron del estudio se trazó el plano, el cual servirá para que las autoridades municipales actualicen su información y aprovechen los espacios.

Otro proyecto lo coordinó Eli Patricio Guzmán, alumno de la ESIA Tecamachalco, quien evaluó la  estructura de los inmuebles del centro histórico de Durango, los cuales están protegidos por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). El propósito es que la arquitectura colonial se preserve y que al repararlos se respeten las recomendaciones del Instituto.

A dos horas de distancia de Durango, en Peñón Blanco, la brigada de turismo visitó haciendas, cuevas, cascadas y balnearios para proponer productos turísticos que beneficien a la población.

“Se visitó Arcos de Belén y la comunidad de la Concha; en la primera se detectó un balneario con cabañas y cascadas, sin embargo, a pesar de tener la infraestructura, se encuentra abandonado, por lo que se requiere rehabilitar toda el área. En la segunda hay manantiales de aguas termales, privados y públicos, los cuales actualmente son muy concurridos entre los pobladores de la Comarca Lagunera, Zacatecas y Durango, aunque la recomendación es limpiar el agua y dar mayor difusión al complejo acuático”, finalizó Juan Miguel Correa Macías, estudiante de la Escuela Superior de Turismo (EST).

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