Columnas

Tenemos miedo

Mi familia, mis vecinos, mis amigos tenemos miedo, no de la delincuencia porque ya estamos acostumbrados a ella. Tenemos miedo de que pseudointelectuales, pseudoizquierdosos, chapulines, vulgares ambiciosos de poder, fanáticos manipulables, artistas paleros que ni viven en México, pseudoperiodistas a quien en algún momento ha favorecido y creen que los llevará al paraíso, narcos que esperan apoderarse del país, extranjeros oportunistas que quieren vivir del esfuerzo de los mexicanos, y hasta empresarios voraces decidan imponer a un demente, acomplejado, lleno de odio hacia los que tuvieron mejor cuna.
Si, tenemos miedo de que Andrés Manuel López Obrador y todas las rémoras que lo apoyan lleguen al poder porque harán de México un infierno y de ello hay muchas pruebas, simplemente en redes sociales se puede constatar el odio de los que se creen de izquierda y apoyan al de Macuspana. ¿Qué será cuando su ídolo acceda al poder? Sin duda se sentirán los dueños del país; basta ver cómo se comportan en los eventos en que coinciden con militantes de otros partidos; abundan los insultos, las amenazas y hasta los golpes. Producto del odio que el tabasqueño ha infundido en sus simpatizantes contra aquellos que osan pensar diferente.
Y este odio lo ha venido incubando López desde que descubrió que el premio gordo no está en un billete de lotería sino en la política, pero como en cada contienda siempre ha perdido, esa frustración se fue convirtiendo en odio, mismo que ha transmitido a sus simpatizantes, siempre culpando a los demás de las derrotas sin querer admitir que lo suyo no es la política, que hay millones de mexicanos que no lo quieren.
Pero no solo es el odio de López hacía sus oponentes políticos lo que nos hace temer, también son sus nexos con el narco a quien pretende admistiar. En una columna de reconocido periodista leí que en nueve ocasiones López ha sido detenido en mismo número de retenes del narco y que ni un pelo le han tocado. En uno de ellos él dijo a los sicarios que es candidato a la Presidencia y que lucha por echar al Presidente Peña Nieto, a lo que, aseguran, el sicario contestó que ellos también luchan contra Peña Nieto.
Por qué a López lo respetan los narcos y a la candidata del EZLN, Marichuy no? Sencillo, porque López tiene nexos con el narco y no dudo que él esté detrás de las masacres que a diario se dan en estados donde gobierna PRI o PAN, con la intención de influir en el ánimo de los mexicanos y voten por él, lo que significaría empoderar al narco, entregar el país a esos cárteles asesinos, mientras López cumple su ambición de llegar a la Presidencia y enquistar a sus hijos y demás parentela.
El futuro de México y los mexicanos está en manos de los votantes y el próximo mes de julio se jugará ese destino. Es tiempo de ver, sin apasionamientos sino con la cabeza fría, qué destino queremos para nuestros hijos, si una patria dividida entre los que queremos la paz y los que solo ambicionan el poder pensando solo en los suyos, ni siquiera en sus simpatizantes, ni siquiera en los mexicanos que no les interesa la política y que sueñan con un país de primer mundo, no uno sumido en el hambre, la violencia, la miseria mientras López sigue amasando fortuna sin dar cuentas a nadie, sin explicar de qué ha vivido como millonario sin trabajar.
Alguien escribió «déjenlo llegar a la Presidencia y después lo criticamos», gran error, es como si dejamos entrar a un asesino a la casa y nos sentamos a esperar a ver qué hará. Sin duda, vida le faltará a aquellos que lo sienten en la silla Presidencial para arrepentirse del error que cometieron, pero ya será tarde, prueba de ello es haberle dado la oportunidad de llegar a la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal porque ahí sigue, dividiendo familias, dividiendo a los mexicanos. Ese negro futuro es el que nos espera, pero todavía estamos a tiempo de cambiarlo.
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