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Tenista paralímpico recibió prótesis diseñada, fabricada y entregada por la IBERO

Para su vida diaria y la práctica deportiva la prótesis le da mucha seguridad y gracias a su total conexión con el muñón puede sentir incluso una piedra

Ernesto Treilhard Pérez, tenista paralímpico mexicano, recibió una prótesis fabricada por la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, a través de su Instituto de Investigación Aplicada y Tecnología (InIAT), y en vinculación con Ampuvalia, asociación civil fundada por una egresada de esta casa de estudios.

Especialmente diseñada para hacer deporte, la prótesis endoesquelética con socket de polietileno y refuerzo de fibra de carbono, carraca y pie de fibra de carbono, se costeó con parte de los fondos obtenidos en la ‘XIV Carrera Atlética IBERO’, celebrada en el 2016, que bajo el lema ‘Con paso firme a la inclusión’ tuvo como fin destinar el dinero recaudado por cuotas de recuperación a Ampuvalia A. C., institución fundada por Estefanía Cervantes Cisneros para apoyar a personas amputadas.

Ernesto, quien juega tenis desde que era niño y que hace diez años perdió su pierna izquierda (desde el pie hasta debajo de la rodilla) en un accidente, dijo que para su vida diaria y la práctica deportiva la prótesis le da mucha seguridad, y gracias a su total conexión con el muñón “puedo sentir incluso una piedra”.

Treilhard, que ha practicado el tenis como atleta paralímpico desde hace dos años y medio, y que también juega con su prótesis contra tenistas convencionales, comentó que el aparato especial tiene un movimiento de 70 a 80% comparada con su pierna convencional (la derecha), ya que solamente le falta la torsión, el movimiento que se hace con el tobillo, “pero de ahí en fuera tenemos impulso, fuerza y estabilidad”.

Sin embargo, destacó que lo más importante es que instituciones como la IBERO, el InIAT y Ampuvalia ayuden con prótesis a personas con discapacidad motriz, pues hay gente que no puede hacer actividades de la vida normal, como andar en el transporte público, ya que simplemente no pueden acceder a éste ni con muletas ni con silla de ruedas.

Investigación con impacto en la comunidad

Carlos Galván Duque Gastélum, responsable del Laboratorio Ortesis y de Prótesis del InIAT y encargado directo de diseñar, fabricar y ajustar la prótesis de Ernesto, recordó que el Instituto de Investigación Aplicada y Tecnología fue oficialmente inaugurado en febrero del 2017 y desde ese momento recibió de parte del Rector de la IBERO, David Fernández Dávalos, la misión de realizar investigación y desarrollo que tenga un impacto en la comunidad.

“Con esa misión siempre en nuestra mente se estableció el Laboratorio de Ortesis y Prótesis, con la finalidad de desarrollar dispositivos o mejoras a los dispositivos que utilizan las personas, ya sea con amputaciones o con algún otro tipo de discapacidad”.

Para que, realmente, tenga un impacto la tecnología que se realiza en el InIAT, sus investigadores, todos ellos ingenieros biomédicos, requieren estar cerca de las personas que van a utilizar sus dispositivos; y para eso necesitan crear vínculos y alianzas con otras instituciones, como Ampuvalia, que “se ha convertido en uno de nuestros grandes aliados, y creo más bien cómplice, en el trabajo a favor de las personas con discapacidad”.

Y en el caso específico de Ernesto, él como paciente, “nos está ayudando en el InIAT a detectar necesidades específicas de las personas con discapacidad motriz, nos dice qué sirve y qué no sirve”.

Por su parte, Estefanía Cervantes, egresada de la Licenciatura en Negocios Internacionales de la IBERO y fundadora de Ampuvalia, relató que Ernesto fue una de las primeras personas que llegó a esta asociación civil con la intención de ayudar desde el inicio.

En Ampuvalia “él se certificó como facilitador de la salud mental y apoya a los recién amputados en este proceso que viven tras la pérdida de una extremidad. Como juega tenis, cuando las personas recién amputadas llegan con él las motiva y les ofrece la oportunidad de hacer alguna actividad deportiva, para su reinserción social y para superar su pérdida”.

Tras la inauguración del InIAT, en Ampuvalia vieron la posibilidad de seguir vinculando sus actividades con la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, “para darle a las personas amputadas una prótesis que les permita seguir haciendo las cosas del día a día”. En ese sentido el doctor Jorge Letechipía Moreno, director del Instituto de Investigación Aplicada y Tecnología, “se mostró muy abierto a crear esta sinergias en conjunto; y ahora lo estamos haciendo con Ernesto, quien es sólo el primero de las muchas personas que queremos ayudar”, dijo Cervantes.

Asociación con sentido social

Ampuvalia surgió en 2012 en la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, entonces como una asociación estudiantil bajo el nombre de Vive Sin Límites. Fue fundada por Estefanía Cervantes a menos de un año de sufrir un accidente automovilístico en el que perdió una de sus piernas.

Por su trabajo en favor de las personas amputadas, Cervantes Cisneros obtuvo el primer lugar del ‘Premio Ibero-Bremond-FICSAC Compromiso Social a Alumnos 2015’, categoría ‘Apoyo a jóvenes y adultos mayores en situación vulnerable’, lo que dejó en claro el sentido social de Vive Sin Límites, hoy Ampuvalia, objetivo que la IBERO  busca tengan todas sus asociaciones estudiantiles.

De ahí que la maestra Araceli Téllez Trejo, directora general del Medio Universitario (DGMU) de la IBERO, externara su beneplácito porque el trabajo de Estefanía con Ampuvalia no se quedó en un proyecto estudiantil; “ha seguido caminando, ha seguido creciendo y ha seguido aportando a México; que es lo que necesitamos”.

Asimismo, Téllez reconoció la labor de la maestra Sophie Paret-Roux, coordinadora de Organizaciones Estudiantiles (COE), “por ser quien provoca a las y los estudiantes, los motiva, los impulsa, a que generen asociaciones estudiantiles con un sentido social, que eso es lo que nos interesa en la IBERO”.

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