Columnas

VICTIMA DE ACOSO SEXUAL Y LABORAL

 

En el marco del Día Internacional de la Mujer, quiero contarles un caso de abuso contra una joven trabajadora, apasionada de la carrera que eligió y del trabajo que desempeñaba en un diario de circulación nacional.
Mi amiga vivió años de acoso, primero sexual, y luego laboral por atreverse a denunciar al abusador. Buscó apoyo en los directivos del diario pero en lugar de poner un alto al acosador le dieron toda la razón y a mi amiga la tiraron de a loca. Ante esto, creyó que si hablaba con una mujer seguramente la comprendería y haría algo para detener al pervertido sujeto. !Pero no¡ La respuesta de la subdirectora fue «aguántalo, ya está viejito».
Mi amiga acudió a Recursos Humanos (RH) con la intención de que la cambiaran de área para alejarse del abusador, pero el titular de RH solo la escuchó, le contó su historia (inventada) de cómo empezó desde abajo en una editora hermana y no resolvió nada. Así pasó el tiempo, mi amiga se embarazó y a pesar de su estado el abusador seguía insistiendo pero como ella no cedió a sus puercas intenciones entonces vino el acoso laboral. La enviaba a cubrir órdenes lo más lejos posible, le ponía eventos en horarios de madrugada, la ponía a hacer el trabajo que a él le correspondía, la insultaba, le hablaba por teléfono y le preguntaba «¿estás en el hotel con tu novio?», y como no funcionaba nada de esto le inventó plagio de información hasta que logró, con la ayuda de los directivos y del titular de RH, echarla del diario con una mísera liquidación.
Quienes la estimamos y nos dimos cuenta de la terrible situación que vivía le aconsejábamos denunciar ante autoridades judiciales a este tipo. Sin embargo, el miedo a perder el trabajo la tenía paralizada pues apenas había formado su familia con su esposo y su bebé, y tenía miedo de perder el magro ingreso.
Como sucede en muchas empresas privadas o dependencias gubernamentales, el enfermo sigue en su trabajo, igual, acosando mujeres al amparo de jefes omisos o cómplices.
Al respecto, la diputada Laura Nereida Plascencia Pacheco (PRI) señaló que «en nuestro país el 40 por ciento de las mujeres sufre este tipo de abuso y cuando se revisan las estadísticas de denuncias vemos que son pocas las que se llevan a cabo”. Comentó que cada minuto una niña o una mujer son violadas.
Lamentó que quienes deciden denunciar “se encuentran con una pared que no les permite tener credibilidad y se convierten también en víctimas de humillación y discriminación. Hay mujeres que pierden su trabajo por denunciar a un acosador o a quien las hostiga sexualmente en su espacio laboral».
Así, pasan y pasarán los años, se harán campañas y campañas, leyes para defender y proteger a las mujeres de todo tipo de abuso, pero mientras las mujeres no denuncien y haya cómplices de pervertidos, casos como el de mi amiga seguirán multiplicándose. ¿Qué tienen que celebrar estas mujeres el Día Internacional de la Mujer?

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