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Licencias Familiares y Médicas Pagadas, una necesidad urgente de los trabajadores estadounidenses

Por: Ben Monterroso

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WASHINGTON, D.C.- ¿Usted o algún familiar se han enfermado en alguna ocasión afectando esto el que pueda asistir normalmente a trabajar?.  Sin duda, además de la preocupación por recuperar su salud o la de su familiar, usted tuvo que luchar arduamente para que pudieran pagarle los días que faltó a su trabajo. Esto es solo una parte de la gran problemática que enfrentan los trabajadores hoy en día, ya que muchos pierden cantidades considerables de su dinero al no ser pagados cuando no asisten el trabajo; no tienen apoyo.

Durante años en la lucha por conseguir derechos laborales, una exigencia recurrente por parte de los trabajadores estadounidenses ha sido obtener días de ausencia laboral pagados, ya sea por situaciones de enfermedad –propia o de un familiar–, nacimiento de un bebé o adopción de un niño, sin que esto represente una pérdida económica por no acudir a trabajar.

Desde el 2004 en varios estados del país se han logrado obtener licencias laborales pagadas para distintas situaciones de ausencia laboral, pero aún es una deuda histórica que todos los trabajadores del país, sin importar el estado, puedan tener este tipo de certeza y seguridad laboral.

Respecto a las Licencias Familiares y Médicas Pagadas (Paid Family and Medical Leaves), hay varios tipos de licencia laboral, incluyendo el programa federal FMLA (Family and Medical
Leave Act) que permite ausencias no pagadas para el cuidado de un familiar o de sí mismo; licencia pagada por enfermedad (paid sick leave o paid sick days, para ausencias de corto plazo); y licencia escolar/parental (school/parental leave) que permite ausencias pagadas para asistir a actividades escolares de sus hijos. Estos puntos de discusión tratan de la licencia familiar y médica pagada.

La Licencia Familiar y Médica Pagada se refiere al otorgamiento de permisos laborales de ausencia de largo plazo para el cuidado de un familiar enfermo, para el cuidado de un hijo recién nacido o adoptado, o por enfermedad y necesidad de un tratamiento médico de calidad.

Actualmente, sólo seis estados cuentan con leyes que favorecen este tipo de derechos: Nueva York, Rhode Island, New Jersey, Washington DC, California y Washington.

Cabe señalar que California fue el primer estado en promulgar una ley «Paid Family Leave” en el año 2004, otorgando el 70% del salario del trabajador de bajos ingresos (y 60% del salario del trabajador de ingresos medios o altos) durante máximo 6 semanas para el cuidado de un familiar enfermo o un hijo recién nacido.

Por extraño que parezca, Estados Unidos es el único país de los catalogados como desarrollados que no cuenta con una ley nacional sobre Licencias Familiares Pagadas.

En lo que respecta a la comunidad latina, este es el grupo demográfico más vulnerable y menos probable de obtener permisos con goce de sueldo (que les paguen el sueldo) por situaciones extraordinarias. Actualmente, menos del 40% de los latinos que viven en Estados Unidos cuentan con la posibilidad de ausentarse laboralmente por enfermedad con goce de sueldo.

Otro dato relevante, es que sólo el 25% de latinos obtienen licencias familiares pagadas por paternidad o maternidad. Es así que la gran mayoría de latinos están dispuestos a apoyar una ley que asegure un mínimo de días con goce de sueldo por enfermedad.

Por otra parte, dentro de una comunidad latina ya afectada, las mujeres latinas sufren más aprietos al convertirse en madres y no recibir remuneración económica y permisos laborales pagados.

Tristemente, 1 de cada 4 madres empleadas que solicitan permiso por embarazo regresa a laborar dentro de dos semanas, debido a no contar con permisos laborales pagados. Ser mujer y tener un hijo representa un 7% de disminución en sus ingresos generales o una dificultad marcada en su contra a la hora de solicitar trabajo.

En conclusión, contar con Licencias Laborales Pagadas es un requisito para el buen desarrollo de nuestros hijos, disminuyendo incluso las tasas de mortalidad materna e infantil, las disparidades raciales de salud, los partos prematuros y la inestabilidad familiar.

Incluso, la obtención de estos permisos es un incentivo en la economía nacional y el desarrollo de las empresas, ya que un empleado que recibe permisos para situaciones familiares permanece más tiempo en la empresa al mismo tiempo de mantener los ingresos de su familia.

Si queremos lograr la aplicación de estas leyes a nivel federal, necesitamos de la acción colectiva a nivel local para exigir a nuestros congresistas que fortalezcan estas leyes que benefician a todas las comunidades del país, y sobre todo a nuestra comunidad latina.

La lucha por hacer valer estas demandas debe encaminarse a una votación en conjunto como comunidad latina en las próximas elecciones intermedias; sólo con nuestro voto podemos lograr un cambio verdadero que sea tangible en nuestra seguridad laboral.

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