Comenzó a crear composiciones originales con inspiración en otros géneros como la música oaxaqueña algunos acordes de jazz los sonidos contemporáneos y la improvisación libre
Planta Baja, es el título del primer material discográfico de la agrupación Tres Tristes Tangos, en el que mezcla sonidos de klezmer, tango, música oaxaqueña, jazz y géneros contemporáneos. Está conformado por 13 canciones, en el que retoman los sonidos tradicionales de Europa del Este, las melodías del tango y la esencia de la música oaxaqueña
De su álbum destacan los títulos escritos en distintos idiomas como Kölderen Polka, Tartar Tanz, Monsieur Le Flaque o Freylakh; además de canciones que homenajean a su natal México como Mujer Maíz y Pinotepa, una nueva versión de la canción compuesta por el músico mexicano Álvaro Carrillo.
Autodefinido como un “trío acústico y lúdico de rústicos músicos”, Tres Tristes Tangos nació a principios del 2010 en la Ciudad de México con la intención de explorar los sonidos de Europa del Este, en especial la música klezmer y el tango. Actualmente está integrado por los músicos originarios de la Ciudad de México Daniel Paz (clarinete), Silvestre Villarruel (acordeón) y Jorge González (contrabajo).
El trío comenzó a crear composiciones originales con inspiración en otros géneros como la música oaxaqueña, algunos acordes de jazz, los sonidos contemporáneos y la improvisación libre.
“Incorporamos todos estos sonidos de manera orgánica en nuestra música, intentando demostrar que hay espacio para todo, siempre que provenga de una necesidad de comunicación artística verdadera”, explica la agrupación.
Daniel Paz estudió composición en la Facultad de Música de la UNAM y tomó cursos con el compositor mexicano Mario Lavista. Colaboró con diversos ensambles como Polka Madre, Noir Manouche y Ficus Trío. Asimismo su trabajo de clarinetista y compositor lo dedicó a algunas compañías teatrales como TeatroSinParedes.
Silvestre Villarruel es pianista y acordeonista improvisador. Estudió piano clásico y para jazz en el Centro Cultural Ollin Yoliztli, así como en la Escuela Superior de Música del INBA. Sus notas musicales sonaron en la Sala Silvestre Revueltas, el Teatro de la Ciudad “Esperanza Iris”, el Palacio del Arzobispado y la Casa del Lago de la UNAM.
Mientras que Jorge González se profesionalizó como instrumentista y arreglista en la escuela Desarrollo Integral Musical, además fue estudiante del Colegio de Literatura Dramática y Teatro de la UNAM. Como músico trabajó para diversas producciones de cine, formó parte del colectivo Campo de Ruinas y fundó el Calacas Jazz Band.
Como agrupación Tres Tristes Tangos participó en el Festival Mictlantecuhtli, a la orilla de la Tierra en 2017. Además fue invitada para musicalizar la ceremonia de entrega de los Premios Ariel en 2013 y realizó música original para cine, en especial para el largometraje Ayúdame a pasar la noche (2017), de director José Ramón Chávez Delgado.
En un inicio, el grupo se dedicó principalmente a la apropiación y difusión del klezmer, género musical nacido en la comunidad judía en el Este de Europa desde el siglo XVIII y XIX. Cuyo nombre proviene del yiddish, una variante de la lengua hebrea hablada por los judíos europeos que habitaban Alemania. Klezmer está compuesto vocablos kley (contenedor) y zimmer (canción), con los cuales se designaba a los humanos portadores de la música.
Los músicos que interpretaban klezmer eran ambulantes, por lo tanto durante sus viajes fueron incorporando elementos de la música tradicional alemana, árabe, balcánica, eslava, gitana, húngara, rumana y turca; dando como resultado un género único.
Estos intérpretes nómadas se dedicaban a amenizar diversos eventos sociales, tanto judíos como de otras filosofías y religiones, entre los que se encontraban las bodas, las fiestas familiares o las celebraciones del pueblo. A veces eran invitados a las cortes nobles o simplemente musicalizaban lugares públicos o en las tabernas.
Al igual que otros músicos en el mundo, los integrantes de Tres Tristes Tangos decidieron retomar este género europeo para experimentar, combinándolo con sonidos de otras culturas y encontrar un estilo propio. Uno con espíritu tradicional mexicano e interacción con diversas expresiones musicales.
