Internacional

Sobre la revocación de las acciones afirmativas para la educación

En esta coyuntura Trump quiere hacerse del control de la Corte Suprema y entre otras cosas echar para atrás las normas de discriminación positiva

Por: Ben Monterroso
Director Ejecutivo Mi Familia Vota

WASHINGTON, D.C.- Por medio de un comunicado, el fiscal general Jeff Sessions informó que la administración actual  eliminará 24 normas de discriminación positiva, impulsadas en el periodo de Barack Obama, las cuáles se encuentran enfocadas en potenciar la presencia de hispanos y afroamericanos en universidades estadounidenses.

Se conocen como “acción afirmativa” o “discriminación positiva” a las políticas públicas que promueven la diversidad y el desarrollo de las minorías que históricamente han sufrido discriminación, a través de favorecer su acceso a la educación superior.

La discriminación positiva permite a la universidades considerar la raza como un criterio para la admisión, siempre y cuando sea para otorgar una mayor probabilidad de ingreso a universidades o secundarias a chicos de minorías que han sufridos discriminación en los Estados Unidos.

La administración de Trump ha dicho que estas normas son “innecesarias, desactualizadas, inconsistentes e inapropiadas”.  Su rechazo coincide con la reciente postulación de Brett Kavanaugh para juez de la Corte Suprema, puesto que el juez Anthony Kennedy, próximo a ser reemplazado, fue el voto decisivo para la política de acción afirmativa. En esta coyuntura Trump quiere hacerse del control de la Corte Suprema y entre otras cosas, echar para atrás las normas de discriminación positiva.

La importancia de las normas de discriminación positiva

De acuerdo a un estudio realizado por la universidad de Georgetown en 2013, los estudiantes blancos ingresan más a instituciones educativas de alto nivel, mientras que los afroamericanos e hispanos ingresan a centros públicos. Eso se debe en gran medida a los diferentes entornos en que se desarrollan los jóvenes.

Según el Departamento de Educación de Estados Unidos, más del 40% de estudiantes de raza negra asisten a escuelas categorizadas como de “alta pobreza” y el 10% a escuelas de “baja pobreza”. De igual forma, más de la mitad de estudiantes hispanos y negros viven en vecindarios más pobres que el resto, y las escuelas en estos distritos reciben menos fondos.

La compleja y poderosa estructura de desigualdad sobre la que aún se sustenta la sociedad norteamericana hace que la educación universitaria en lugar de combatir la desigualdad, la refuerce. Las medidas de acción afirmativa sirven para evitar que la educación universitaria sea un privilegio más.

El 84% de la comunidad negra y el 66% de los hispanos coinciden en que la gente no ve la discriminación en donde realmentente existe. Aun así, de acuerdo a un estudio del Pew Research Center el 71% de los estadounidenses encuestados están de acuerdo con las normas de discriminación positiva.

En una visión distinta, la comunidad asiática se ha manifestado en contra del proceso de admisión de las universidades, mencionando que sus estudiantes sufren una discriminación en la preferencia.

Ubicamos esta medida dentro de una ya larga cadena de atentados contra los derechos individuales de cada ciudadano, en específico, de las minorías por parte de la administración del presidente Trump.

Parece que el gobierno está haciendo todo lo posible por mantener el estado de precariedad en que se encuentran la comunidad latina y afroamericana.  Es necesario un ejercicio histórico con el cual reflexionemos, por ejemplo, ¿qué deuda tiene Estados Unidos con sus habitantes de color? Gente como Jeff Sessions le apuestan al olvido.

La única arma que tenemos como comunidad latina contra estos actos sistemáticos en nuestra contra, es nuestro voto. Salgamos todos a votar en bloque por un Congreso libre y progresista, en pro de nuestros intereses, sólo así mejoraremos nuestras condiciones actuales.

Foto: Charles DeLove en Unplash

 

 

Arriba