Rompieron vidrios de aparadores robaron artículos pintarrajearon fachadas monumentos
A 50 años del movimiento del 68, el grito fue «2 de Octubre no se olvida» y, en efecto, comerciantes del Centro Histórico no olvidarán que lo que debió ser una marcha pacífica, en la que, supuestamente, honrarían a los caídos el 2 de octubre de 1968, y se exigiría que ese horror no se repitiera, presuntos anarquistas aprovecharon para romper escaparates y robar diversos artículos.
Como cada año, diversos contingentes conformados por sobrevivientes del 68, estudiantes de diversas universidades, y simpatizantes, partieron de varios puntos de la Ciudad de México hacia el Zócalo, donde realizarían varias actividades.
Sin embargo, la marcha conmemorativa se usó como pretexto para grupos como los infaltables autodenominados anarquistas que pintarrajearon pasos a desnivel, fachadas, monumentos, comercios, anuncios, vehículos y hasta el piso, con leyendas que nada tenían que ver con el hecho que se recordaba, como sus citas sobre los 43.
Debido a la agresividad de estas personas, la gente en la calle se apartaba de ellos por el temor a ser blanco de sus ataques, por lo que los anarquistas aprovecharon la ocasión para hacer sus acostumbrados desmanes, daños y saqueos a comercios, sobre todo porque ni un policía hizo acto de presencia y los vándalos se sirvieron con la cuchara grande.
Un ejemplo de lo anterior, es la tienda de ropa masculina que se ubica en la esquina de 5 de Mayo y Palma, donde los anarquistas rompieron el vidrio del aparador y se robaron todo lo que pudieron agarrar, mientras la policía brillaba por su ausencia.
A la vanguardia de este grupo, iba el de alumnos del Instituto Politécnico Nacional (IPN), quienes para evitar cualquier enfrentamiento con los anarcos, prefirieron cambiar la ruta para llegar al Zócalo, donde se llevó a cabo la concentración.
Así, lo que se concibió como una marcha para conmemorar los 50 años de la matanza de Tlatelolco y que en su arranque parecería que cumpliría con su cometido, terminó en un escenario ideal para que vándalos, anarquistas y demás grupos que gustan de los desmanes, se infiltraran y cometieran todo tipo de daños y delitos.
Foto: Especiales
