Mujer

MICAELA y el Programa de Cáncer de Ovario del INCan, unidos en pro de la prevención y diagnóstico oportuno

Los síntomas son silenciosos porque se pueden confundir con colitis amebiasis o infecciones urinarias

En México en 2014, se registraron 291 mil 637 defunciones en mujeres de las cuales 40 mil 537 (13.9%) correspondieron a tumores malignos. El 15.4% fueron por tumores malignos de cáncer de mama, el 9.9% por cáncer cervicouterino y el 5.9% por cáncer de ovario.

Ante este panorama, el Modelo Integral para la Atención del Cáncer Cervicouterino Localmente Avanzado y Avanzado «MICAELA”, y el Programa de Cáncer de Ovario, ambos del Instituto Nacional de Cancerología (INCan), se unen para concientizar a la población sobre la importancia de la prevención y detección oportuna del cáncer ginecológico.

“Esta iniciativa tiene como objetivo difundir la información más importante acerca del cáncer cervicouterino y de ovario, así como promover la visita periódica de las mujeres a su ginecólogo, ya que es a través de estas visitas donde es posible diagnosticar o detectar algún tumor en sus etapas iniciales para un mejor pronóstico de la enfermedad, ya que los síntomas pueden ser silenciosos”, indicó la doctora Lucely Cetina, investigadora en Ciencias Médicas “D”, del Sistema Nacional de Investigadores Nivel II y responsable del programa MICAELA.

Por su parte, el Programa MICAELA tiene como objetivo beneficiar a un grupo de 480 mujeres sin seguridad social con Cáncer Cervicouterino localmente avanzado, brindando una atención médica protocolizada, integral y de vanguardia. MICAELA otorga apoyo psicológico, nutricional y oncológico con tratamientos individuales e innovadores.

De acuerdo a Globocan 2018 en México se presentan alrededor de 4 mil 700 nuevos casos de cáncer de ovario por año, ocupando el sexto lugar de los cánceres ginecológicos. Mientras que en cáncer cervicouterino se reportan al año alrededor de 7 mil 800 nuevos casos al año, tan solo el INCan recibe cerca de 550 mujeres al año con esta enfermedad y el 80% de ellas se diagnostican con enfermedad localmente avanzada.

“El cáncer de ovario en una proporción del 15 al 30% es hereditario de un familiar que haya padecido cáncer de mama u ovario, y los síntomas son silenciosos porque se pueden confundir con colitis, amebiasis, o infecciones urinarias. Es por eso que ante estos síntomas la realización de un ultrasonido transvaginal es necesaria, o de lo contrario cuando se diagnostique puede ser una enfermedad avanzada”, comentó la doctora Dolores Gallardo Rincón, responsable del Programa de Cáncer de Ovario del INCan.

El Programa de Cáncer de Ovario del Instituto Nacional de Cancerología, tiene como eje prioritario proporcionar atención integral a las mujeres con este padecimiento; contempla el desarrollo de los programas de Educación destinados a difundir las mejores prácticas para la detección temprana y referencia de pacientes entre los médicos de primer contacto y el de sensibilizar a las mujeres sobre la importancia de vigilar la salud de sus ovarios.

Ambas iniciativas del INCan están alineadas con los Programas de Prevención y control del Cáncer Cervicouterino y de Ovario establecidos a nivel nacional, y son reforzados gracias al trabajo que se realiza en conjunto con las organizaciones de la sociedad civil, quienes gestionan campañas de prevención y detección oportuna.

Las estrategias actuales para disminuir la incidencia del cáncer ginecológico son limitadas. Lo cierto es que, en ambos tipos de cáncer, lo más importante es el acceso a la información y el diagnóstico oportuno, para así reducir el impacto de ambas enfermedades.

En la foto: Un mural en el INCan

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