Ciencia y tecnología

La Unidad de Estudios Avanzados del Cráter de Chicxulub ayudará a entender la energía luminosa como detonadora de desarrollo

Cómo podemos enfrentar los retos del milenio haciendo de su correcto uso un mundo mejor y sustentable

La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Gobierno de Yucatán, establecerán la Unidad de Estudios Avanzados del Cráter de Chicxulub, con el objetivo es que esta instancia genere investigación, divulgación científica y docencia sobre este cráter ─ocasionado por la caída de un meteorito hace 66 millones de años─ y que es el mejor laboratorio natural para analizar la evolución de la vida, el Sistema Solar, las superficies planetarias y nuestro propio mundo.

El cráter Chicxulub, que se localiza en la plataforma carbonatada de Yucatán en el Golfo de México, y mide alrededor de 200 kilómetros, afectó los sistemas de soporte de vida y causó la extinción del 75 por ciento de las especies, incluidos los dinosaurios.

Ese hecho dio paso al surgimiento de los mamíferos, entre ellos los primates y los humanos. Por ello, el efecto de esa colisión dejó una huella importante para la evolución de la vida.

 Los terrenos en donde se construirá la unidad están en el Parque Científico y Tecnológico de Yucatán, y deberá estar en funcionamiento a finales de octubre de 2019. El investigador del Instituto de Geofísica, Jaime Urrutia Fucugauchi, miembro de la Junta de Gobierno de la UNAM, es director honorario de la Unidad de Estudios Avanzados del Cráter de Chicxulub.

El director general de Divulgación de la Ciencia, César Augusto Domínguez, hizo de la maqueta del Museo de la Luz, que será reubicado en Mérida, en terrenos donados por el gobierno estatal.

Será un recinto moderno, que se construirá en una superficie de más de cuatro mil metros cuadrados. Contará con áreas de exposición permanentes y temporales, y con un laboratorio experimental de ciencia y arte; el objetivo es que sea referente internacional en el tema.

El nuevo espacio recuperará lo mejor del antiguo museo –que se ubicaba en el Centro Histórico de la Ciudad de México–, y con nuevos bríos buscará fomentar la convergencia de diversas disciplinas en torno a la luz como recurso global del que toda la humanidad se beneficia.

El valor educativo de este proyecto genera grandes expectativas, pues se pretende transmitir la importancia de la luz en nuestras vidas y civilizaciones, entender a la energía luminosa como detonadora de desarrollo y de cómo podemos enfrentar los retos del milenio, haciendo de su correcto uso un mundo mejor y sustentable.

En la foto: Cráter de Chicxulub

Foto: UNAM

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