México

En 2017, Coahuila y San Luis Potosí con las tasas más altas de acoso sexual

El objetivo de este proyecto es que el abuso sexual infantil en México sea visible medible y por supuesto atendible

De acuerdo al Diagnóstico sobre la situación de abuso sexual infantil en un contexto de violencia hacia la infancia en México, a nivel estatal, Tlaxcala y Querétaro fueron las entidades que concentraron la mayor cantidad de casos de egresos hospitalarios relacionados con el abuso sexual infantil.

Previo al Día Nacional contra el Abuso Sexual Infantil, a celebrarse el próximo 19 de noviembre, el think tank mexicano Early Institute, organización dedicada a la protección de los derechos fundamentales de la niñez, realizó un diagnóstico que puso en evidencia lo complejo que es medir el número de caso de abuso sexual infantil (ASI) en México, en el que también detectó altos índices en otros factores.

Respecto al acoso sexual, en 2017 Coahuila y San Luis Potosí, registraron las tasas más altas con 5.2 y 4.8, respectivamente, por cada 100 mil habitantes. En el mismo año, en cuanto al hostigamiento sexual, Tabasco con 5.8 y Chihuahua con 4.6 tuvieron los padrones más altos.

En cuanto al delito por incesto, Hidalgo registró las mayores tazas al sumar 0.8 en 2016 y 0.6 en 2017 con 24 y 19 casos respectivamente.

El comportamiento de tres años indica que el delito sexual más frecuentemente denunciado fue el abuso sexual. Tan sólo en el año 2015 se registró una tasa de 9.8 delitos de abuso sexual por cada 100 mil habitantes; de 12.2 en 2016 y de 12.8 en 2017; es decir, se registró un incremento.

La organización Early Institute, think tank mexicano dedicado a la protección de los derechos fundamentales de la niñez, presentó un diagnóstico que puso en evidencia lo complejo que es medir el número de casos de abuso sexual infantil (ASI) en México, a partir de información oficial.

El Diagnóstico sobre la situación del abuso sexual infantil en un contexto de violencia hacia la infancia en México detectó la falta de datos sistematizados, tanto a nivel nacional como estatal, lo que dificulta la generación de indicadores sobre esta seria problemática y mejorar las acciones para su prevención.

El doctor Mario Arroyo, miembro del Consejo Consultivo e Investigador de Early Institute, comentó que, ante este escenario, el estudio se enfocó en analizar la información disponible del abuso sexual infantil como tipo de violencia y como delito, en cuatro fuentes de información que fueron accesibles: egresos hospitalarios, mortalidad, incidencia delictiva y número de víctimas.

Durante el 2015, se encontró que del millón 750 mil 790 casos de hospitalizaciones de personas menores de 18 años, 309 egresos estuvieron relacionados a abuso sexual infantil, de éstos el 87.7% fueron niñas. “Estas cifras revelan un dato contundente: la posibilidad de que una niña sea hospitalizada a causa de un abuso sexual es siete veces mayor que la de un niño”, agregó Mario Arroyo.

A nivel estatal, Tlaxcala y Querétaro fueron las entidades que concentraron la mayor cantidad de casos de egresos hospitalarios relacionados con el abuso sexual infantil.

En tanto, el comportamiento de tres años indica que el delito sexual más frecuentemente denunciado fue el abuso sexual. Tan sólo en el año 2015 se registró una tasa de 9.8 delitos de abuso sexual por cada 100 mil habitantes; de 12.2 en 2016 y de 12.8 en 2017; es decir, se registró un incremento.

Durante 2017 se registraron 36 mil 158 delitos sexuales, de éstos, 44% son delitos de abuso sexual, en los que nueve de cada 10 víctimas son mujeres.

De igual forma, el diagnóstico arrojó que 60% de los delitos son cometidos en el hogar de la víctima, y cuatro de cada 10 víctimas son mujeres.

Lamentablemente, los datos disponibles sobre el abuso sexual infantil en México son escasos y para acudir a su consulta se deben revisar fuentes de información que se encuentran dispersas y no estructuradas entre si.

“Partiendo de esta situación, el diagnóstico enfatiza que el sector de procuración de justicia debe monitorear los abusos sexuales infantiles como delito, y el sector salud debe vigilar epidemiológicamente esta forma de violencia, ya que los datos de ambas instituciones tendrían que integrarse para entender la problemática en todas sus dimensiones” señaló el doctor Arroyo.

Arriba