Deseamos que las autoridades le ponga un alto a este desequilibrado sujeto antes de que alguna otra mujer pase a ser parte de las estadísticas alarmantes de feminicidios
Darle voz y apoyo a mujeres víctimas de la violencia en muchas ocasiones pone en serio peligro al mensajero, como es el caso de la reportera de ADN40, Monserrat Ortiz que, luego de entrevistar a tres mujeres que fueron abusadas por su novio, de nombre Carlos Rodríguez, ha recibido mensajes con amenazas que van desde la violación hasta el asesinato.
En su trabajo periodístico sobre la violencia de género, Monserrat entrevistó a tres mujeres que no solo tienen en común haber vivido el infierno del maltrato, sino también que el abusador fue novio de las tres.
Zyanya, Judith y Gabriela, narran la forma cruel como Carlos Rodríguez, su pareja sentimental, las humillaba, insultaba, golpeaba y hasta estuvo a punto de estrangular a una de ellas. Judith contó que el desequilibrado sujeto la subía y bajaba tres pisos del edificio donde vivía, a patadas y que hasta le provocó una contusión cerebral. «Cuando quise escapar de él, me agarra del chongo, me dice no te vas, y me muerde, me arranca la frente».
Las tres recibieron el mismo trato cruel de golpes, insultos y amenazas, pero cuando quisieron terminar la relación, Carlos las amenazó, persiguió y dañó las propiedades de las chicas.
Este enfermo publicó en redes sociales cómo abusaba de estas mujeres.
Todo esto y más, Monserrat lo consigna en su trabajo periodístico, presentado en televisión nacional el pasado lunes 4 de febrero, y este martes la reportera empezó a recibir mensajes insultantes y amenazadores de este enfermo, en los que le advierte que le irá peor que a sus exnovias, y que por «hacerlas famosas me las vas a pagar».
Desconocemos si Monserrat ya presentó la denuncia correspondiente, aunque el Centro de Atención Ciudadana (CEAC) hizo y la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México (PGJCDMX) la contactaron vía Twitter para brindarle todo el apoyo.
Deseamos que las autoridades le ponga un alto a este desequilibrado sujeto, antes de que alguna otra mujer pase a ser parte de las estadísticas alarmantes de feminicidios.
Foto: Archivo (Ilustrativa)
