Espectáculos

Todos santos, en la Sala Xavier Villaurrutia del Centro Cultural del Bosque

Poco a poco María perdió todo y decidió huir de su pueblo porque ahí las cosas no estaban bien y porque ya no podía defenderse más pese a todo dejó de tenerle miedo a la muerte

En la Sala Xavier Villaurrutia del Centro Cultural del Bosque, se presenta la puesta en escena Todos santos. El 17 de febrero concluye la temporada de esta obra de corte unipersonal protagonizada Mayra Sérbulo, que lo mismo habla de tradiciones que de trágicos sucesos generados por la violencia, la migración y la discriminación.

La historia es sobre María, una empleada doméstica a punto de irse a la fiesta de su pueblo. En medio del humo del copal y acompañada de música en vivo, María le cuenta al espectador su historia y el anhelo que tiene por regresar a su pueblo, para celebrar a los difuntos en Todos santos.

Es toda una fiesta y la convivencia se realiza con ofrendas que llevan comida para alimentar sus almas, velas para alumbrar el camino, copal para purificar el ambiente y hasta mezcal, que comparte con los asistentes. “Allá en mi pueblo no es como acá que se disfrazan de monstruos y la pedidera de dulces. Allá llegaron los monstruos a quitarnos la vida y la alegría a todos. En los días de Todos santos la muerte es motivo de fiesta, pero de las buenas”.

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Y así, el espectador conocerá su historia, cómo perdió a su marido y a su hijo, luego de que a su pueblo llegaron hombres armados que pedían a los habitantes todo lo que tenían a cambio de protección.

Aunque muchos huyeron de esta situación, María recuerda que no todo el mundo se fue y los que quedaron se armaron de valor y organizaron una autodefensa que, dice, también es defensa propia.

Los muertos ya eran de los dos bandos y aunque la población creía que iba ganando, llegaron los solados y con ellos el miedo, pues el sonido del viento cambió por el de las balaceras.

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A su marido, lo mataron y a su hijo lo reclutaron en sus narices, pero el bando contrario. Después, desapareció y ella se puso a buscarlo junto con otras madres que, narra la protagonista, parecían simplemente invisibles.

Poco a poco, María perdió todo y decidió huir de su pueblo porque ahí las cosas no estaban bien y porque ya no podía defenderse más, pese a todo, dejó de tenerle miedo a la muerte.

Aunque la protagonista ya no sabe si está viva o muerta, nos recuerda que la espera siempre cansa y que ella lo único que quiere es que la dejen ir a Todos santos.

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Con la dramaturgia de Mónica Perea y la dirección de Sixto Castro Santillán, Todos santos es una obra que resalta a la mujer como portadora de riqueza cultural, además de ser el hilo conductor de supervivencia económica y de las raíces y tradiciones en sus comunidades.

Sin embargo, esta puesta en escena, dramática y conmovedora, también muestra como las mujeres se ven limitadas por diferentes formas de violencia, discriminación y la necesidad de migrar de sus lugares de nacimiento.

Y es que María no vive el sufrimiento, sino que convive con él en su entorno y se rescata a sí misma a través de sus propios valores étnicos. Todos santos cuenta con una sencilla escenografía, cuyo diseño está a cargo de Natalia Sedano, mientras que el diseño sonoro y musical es de Ariel Torres.

La puesta en escena ofrecerá temporada hasta el 17 de febrero en la Sala Xavier Villaurrutia del Centro Cultural del Bosque, ubicado en Reforma y Campo Marte. Las funciones son jueves y viernes a las 20:00 horas, los sábados a las 19:00 y los domingos a las 18:00 horas.

Fotos: Cortesía

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