Cultura

Lilia Carrillo: la permanencia y el tiempo, en la Galería Andrea Pozzo, de la IBERO

Una gran artista inteligente sensible pero sobre todo con una capacidad crítica mirada profunda fuerte y con mucho discernimiento

Con la muestra intitulada «Lilia Carrillo: la permanencia y el tiempo», la Galería Andrea Pozzo, en la Universidad Iberoamericana (IBERO), abrió su ciclo de actividades para el ciclo Primavera 2019. La expo presenta la construcción del pensamiento crítico y anecdótico de la pintora mexicana, una de las figuras de la Generación de la Ruptura.

Esta exposición, que estará en el recinto universitario hasta el 29 de marzo, consta de 44 piezas de taller realizadas bajo las técnicas de collage, estampas, dibujos y pinturas de diversos formatos de gran relevancia en la historia del arte en México.

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Las obras presentadas en la IBERO abarcan el periodo comprendido entre 1950 y 1974 y hablan, como dijo la coordinadora de Creación y Reflexión Artística de la casa de estudios, Alejandra Chong González, del papel de una “gran artista, inteligente, sensible, pero sobre todo con una capacidad crítica, mirada profunda, fuerte y con mucho discernimiento”.

Por su parte, el maestro Manuel Felguérez, contemporáneo de Lilia Carrillo e integrante también de la Generación de la Ruptura, señaló que “es una pintora de poquísima obra, porque no pintaba con placer, eso que uno dice ‘hay qué bonito pintar’, era muy doloroso, sufría mucho cada cuadro. Luchaba mucho con el cuadro, se ven cuadros hechos de un trancazo pero son muy tardado y muy pensados y muy sufridos. Por esa razón, pintaba muchas horas pero producía poco”.

Sin embargo, a pesar de que en su vida artística sólo creó 150 pinturas —cálculo del pintor mexicano— fueron muy apreciadas y quedaron en manos de coleccionistas.

La maestra Georgina Tepale, directora de Formación Ignaciana, apuntó que este tipo de actividades que involucran “creación artística, la visión, la expresión, el pensamiento y la reflexión de las personas son parte fundamental de la formación de los alumnos. Siempre es importante hablar de la otra parte de la formación y no sólo de la academia”.

Lilia Carrillo, una vida dedicada al arte

El acercamiento de Lilia Carrillo García (2 de noviembre de 1930 – 6 de junio de 1974) a la pintura fue de la mano de Manuel Rodríguez Lozano y, posteriormente, obtuvo su título de maestra en Artes Plásticas por la Escuela de Pintura y Escultura «La Esmeralda» con los profesores Agustín Lazo, Antonio Ruiz y Carlos Orozco Romero.

En 1953 viajó a París y estudió en la Académie de la Grande Chaumière. En 1966 participó en la exposición Confrontación 66, realizada en el Palacio de Bellas Artes. En 1969 pintó el mural «La ciudad desbordada, contaminación del aire», para ser expuesta en Osaka, Japón; bajó el tema «Progreso y Armonía para la Humanidad», en el pabellón «Hacia un mejor entendimiento mutuo a través del arte».

Esta exposición fue posible gracias a la colaboración de la Dirección General de Formación e Incidencia Ignacianas; la Coordinación de Creación y Reflexión Artística; el maestro Manuel Felguérez y su esposa Mercedes Oteyza; el Instituto Zacatecano de Cultura «Ramón López Velarde», por medio del Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez.

Fotos: IBERO

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