Por Mtro. Octavio Martínez Camacho
Culpable. Éste fue el veredicto del jurado que leyó el juez del caso contra Joaquín Guzmán Loera, mejor conocido como «el Chapo». Una de las noticias que no sólo impactaron los muros de la Corte de Distrito de Nueva York, sino al mundo entero.
Después de treinta horas de deliberación, estos doce miembros del jurado concluyeron que Guzmán Loera era culpable de los diez cargos que fuero materia de la acusación del fiscal de Distrito de Nueva York.
El juicio duró cerca de tres meses y en él intervinieron 56 testigos, la mayoría de ellos excompañeros del capo, mismos que fungieron como «colaboradores» de la fiscalía en este juicio que sin duda es histórico para en los anales judiciales de los Estados Unidos.
¿Qué le deja a México este juicio?
Sin duda, es necesario hacer una reflexión de este caso que, si bien, fue ventilado en los Estados Unidos, tiene necesarias repercusiones para nuestro país.
Esencialmente por dos cuestiones: la primera, relacionada con la efectividad de los «testigos colaboradores». Las pruebas más importantes que escucharon los miembros del jurado fueron los testimonios de personas que en algún momento estuvieron cerca del «Chapo» o en su organización criminal, y que colaboraron con el gobierno de aquel país seguramente a cambio de una reducción considerable de su condena.
En una política que busca «conciliar» con ciertos líderes criminales, esta condición puede darse bajo el esquema de colaboración para detener y juzgar a otros miembros de organizaciones delictivas. La conciliación entonces no necesariamente es impunidad, es la negociación con la finalidad de juzgar a capos de gran importancia que de otra forma será difícil sino es que imposible.
Por otro lado, gracias a que este juicio fue público, una gran cantidad de reporteros estuvieron en las extensas jornadas que duraron los debates, y por ellos supimos mucha información de estos testigos que revelaron el ambiente de corrupción que en México le permitió al líder el cártel de Sinaloa convertirse en una de las figuras delincuenciales más importantes del mundo.
Estos testimonios fueron rendidos bajo juramento, es decir, los dichos tienen un alto grado de compromiso con la verdad. Por ello, en nuestro país se debe llevar a cabo una investigación utilizando esta información. No se puede dar vuelta a la hoja sin antes indagar y en su caso llevar a los responsables a juicio.
El veredicto contra Joaquín Guzmán Loera es un triunfo para la justicia mundial, pero no será pleno si en nuestro país no tiene como consecuencia una investigación seria, derivada de la información que en este juicio se ventiló.
*Es académico del Departamento de Derecho de la IBERO.
