Ciencia y tecnología

Instituto de Geofísica, 70 años de hacer investigaciones para prevenir desastres

Siete décadas de poner todos los esfuerzos en el desarrollo de los conocimientos del territorio nacional del subsuelo y la atmósfera con lo cual se ha colaborado con la nación

El 7 de febrero de 1949, hace 70 años, el Instituto de Geofísica (IGEF) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) inició sus actividades académicas y en esas 7 décadas han sido muy importantes las aportaciones que ha realizado este instituto a la sociedad, en especial para la prevención de desastres.

Son siete décadas de hacer investigación y de poner todos los esfuerzos en el desarrollo de los conocimientos del territorio nacional, del subsuelo y la atmósfera, con lo cual se ha colaborado con la nación.

El IGEF ha venido formando académicos de primer nivel, también ha sido capaz de comunicar a la población los resultados de la investigación que se hace en la Universidad a través, por ejemplo, de su Servicio Sismológico Nacional (SSN) y de las diversas actividades académicas que se realizan en las unidades de investigación con las que el instituto cuenta: ciencias espaciales, geomagnetismo y exploración, radiación solar, recursos naturales, sismología, vulcanología.

70 años de investigación geofísica

Al respecto, el director del Instituto de Geofísica de la UNAM, Hugo Delgado Granados, consideró que el aniversario es una oportunidad para reflexionar acerca de cómo se deben enfrentar los retos por venir en lo que se refiere a la investigación científica en el país. De ahí, agregó, la relevancia de mirar hacia el pasado y revisar cómo se han enfrentado crisis financieras y políticas para establecer mecanismos y estrategias de adaptación.

En el caso de la geofísica, la ciencia básica se traduce en ciencia aplicada y su relevancia es importante en diferentes aspectos y problemas de la vida cotidiana como: el cambio climático, los sismos y sus efectos, las erupciones volcánicas, la planeación rural y urbana, los tsunamis y la actividad portuaria, los estudios geohidrológicos y la exploración y explotación del agua subterránea.

Es así como “la ciencia básica debe ser apoyada por los gobiernos de todos los niveles, porque un país solo puede ser independiente si tiene ciencia propia y para ello se requiere inversión”, dijo el miembro de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).

Entre los principales retos en los años por venir para el IGEF están fortalecer las áreas de investigación geofísica que se han debilitado por diversas razones, como es la de geodesia y geofísica de sensores remotos, e impulsar las nuevas áreas de investigación como el supercómputo aplicado a la geofísica.

“Sin olvidar la difusión del conocimiento geofísico para incentivar la vocación científica, en especial en los niños, y para que la ciudadanía esté informada respecto a los fenómenos naturales, en vista de que una sociedad mejor educada e informada, es una sociedad más segura”, recalcó el investigador.

Algunas de las actividades que se realizarán con motivo del aniversario del instituto son el concurso “La música de la sismicidad tectónica y volcánica”, cuya convocatoria se publicó el 18 de febrero y las piezas ganadoras se presentarán el 7 de septiembre, así como el concurso de escultura con el tema “La Geofísica” y mesas redondas de exdirectores e investigadores.

La AMC y el IGEF

Desde la perspectiva de Hugo Delgado Granados, la vida científica de un país no es posible si no está organizada y la existencia de una academia de ciencias es fundamental para coordinar todo tipo de esfuerzo científico. “En el ámbito nacional, la AMC, que este año celebrará su 60 aniversario, alberga a todas las disciplinas científicas, su papel es crucial para establecer colaboraciones dentro de cada disciplina, pero, además, entre disciplinas”.

Para el investigador los problemas científicos son diversos en sus alcances y objetivos. En el caso de las ciencias de la Tierra, el estudio del pasado, presente y futuro del planeta es crucial para el entendimiento del mundo en el que la humanidad vive y anticipar los efectos de los procesos naturales en su forma de vida.

Ejemplo de ello son las erupciones volcánicas del pasado, que al estudiarlas ayudan a entender el comportamiento actual de las erupciones volcánicas y anticipar sus posibles efectos, así como establecer las estrategias para vigilar la actividad volcánica y posteriormente llevar este conocimiento a la sociedad, lo cual requiere de la intervención de las ciencias sociales y de las humanidades.

“Todas estas áreas del conocimiento se encuentran dentro del ámbito de la AMC y es a través de ella que se pueden establecer los vínculos necesarios de participación y colaboración, así como el contacto con los receptores de esta información en los diferentes órdenes de gobierno”, destacó el geofísico.

 En la foto: Hugo Delgado Granados

Foto: Elizabeth Ruiz Jaimes/AMC

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