Dicen los que saben que no hay peor enemigo para un mexicano, que otro mexicano. Y esto se confirmó este domingo 5 de mayo, cuando compatriotas inconformes con las decisiones que ha tomado el presidente Andrés Manuel López Obrador, a cinco meses de asumir el cargo, y que para ellos, los que se manifestaron, no han sido las más acertadas por lo que salieron a la calle a exigirle que gobierne para todos y apegado a la Constitución, no solo para su clientela; a exigirle que si no puede, de las gracias y se vaya.
De acuerdo con el reporte de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, fueron más de 46 mil personas las que marcharon por Paseo de la Reforma hacía el Monumento a la Revolución, mientras que los simpatizantes del presidente aseguran que no fueron más de 500. Con burlas hacia la marcha, con la intención de hacer creer que apenas eran un puñado de inconformes.
En ciudades como Mérida, Tampico, León y Acapulco, entre otras,también hubo muestras de rechazo al gobierno actual y, aunque no muy numerosas, también son importantes porque demuestran que ese 80% de aprobación que presume el gobierno, no es tal.
La marcha todavía no arrancaba cuando «periodistas» como Federico Arriola ya posteaba en sus redes sociales que fue una marcha desairada, que fue un fracaso, mientras que otros también afines a López Obrador, o quizá al servicio de él, como el youtuber, Nacho Rodríguez alías «Chapucero», aseguraba que en la marcha solo participaron personas de piel blanca.
Uno más, el «periodista» al servicio del sistema, Hernán Gómez, transmitió por redes sociales desde el lugar de los hechos, asegurando que todas las personas que iban en el contingente eran de clase media alta y les cuestionaba si también habían marchado por el drama de Ayotzinapa, demostrando que su presencia solo era por consigna, no con el interés de informar con veracidad.
Otros simpatizantes en redes sociales, aseguraban que se había discriminado a las personas humildes o de tez morena.
Y, el colmo, el secretario de Comunicaciones y Transportes del nuevo régimen, Javier Jiménez Espriú, posteó en su cuenta personal de Twitter, algo que no sabemos si era un chiste pero que para muchos significó una burla hacia las personas que manifestaron su rechazo al presidente.
Este lunes, las burlas, los comentarios sin sentido, las críticas a los participantes continúan, como las del @monerohernández, que posteó: «Fue una marcha sin causas, una marcha de prejuicios y muchísima desinformación. ¿AMLO socialista, AMLO comunista? Me sorprende —y me alarma— lo ignorante y lo fácilmente manipulable que son las «clases ilustradas».
De los medios de comunicación solo decimos que al no darle difusión a este importante acto de reclamo, demuestran con quién están y que sus intereses están por encima del de sus lectores. Solo Reforma, siguió paso a paso la marcha, mientras que El Financiero le dedicó uno dos tuits, los demás enmudecieron. Si acaso, horas después de concluida, subieron a redes sociales uno que otro comentario, mientras las televisoras minimizaron el acto y medio lo mencionaron.
Es de destacar que fue una marcha pacífica, civilizada, sin vandalismo, sin quema de policías o inmuebles, sin daño a monumentos, sin saqueo a establecimientos, sin agresiones a los participantes. Fue una marcha para recordárle al presidente su promesa no solo de campaña sino también de toma de posesión, de gobernar con y para el pueblo TODO, no solo para sus simpatizantes, no solo para su clientela, no solo para aquellos que traicionaron sus «ideales» y por un hueso se volvieron, de la noche a la mañana, de izquierda.
Fue para recordárle que él solo es un empleado puesto en el cargo para administrar la riqueza del país, no para dilapidarla en obras absurdas, en inútiles estiramano. Fue para recordárle que los enfermos en general, que los niños y mujeres con cáncer tienen derecho a vivir, que las mujeres y niños maltratados tienen derechos a una mejor vida, que los médicos y enfermeras tienen derecho a salarios y trato digno.
Para recordárle que esos mexicanos que marcharon este 5 de mayo, son los que con su trabajo y contribuciones sostienen la economía del país y que tienen tanto derecho a manifestarse como los simpatizantes del nuevo régimen, a quienes también mantienen.
