Salud y nutrición

Preocupante el panorama cuando diagnóstico de padecimientos hemato-oncológicos sigue siendo tardío

Los estudios por citometría de flujo permite analizar hasta 10 millones de células en un tiempo récord de hasta 45 minutos

En México, las leucemias y los linfomas no-Hodgkin, son los cánceres hematológicos más apremiantes y ocupan el décimo lugar entre los cánceres de mayor incidencia en el país. Según datos del Observatorio Global del Cáncer de la Organización Mundial de la Salud (GCO), cada año en nuestro país se registran 6 mil 406 casos nuevos para leucemias y 2 mil 388 en linfomas.

El panorama es más preocupante cuando el diagnóstico de estos padecimientos hemato-oncológicos sigue siendo tardío y más aún, cuando es incorrecto, lo cual ocasiona inefectividad en los tratamientos e incongruencias en la evolución de la enfermedad en cada paciente.

Por ello, “se hace cada vez más necesario y urgente no solo la utilización de mejores métodos y dispositivos de diagnóstico, sino la estandarización de estos procesos, de tal manera que, desde el primer estudio de sospecha que el hematólogo le prescriba a los pacientes, ellos,  además de tener un diagnóstico temprano y preciso, también cuenten con un sistema de seguimiento acertado de su enfermedad, para hacer los ajustes pertinentes de su tratamiento”, explicó el doctor Carlos Fernández de la Universidad de Salamanca, médico especialista en bioquímica clínica, en citometría de flujo e inmunología para el diagnóstico de trastornos hematológicos.

En este aspecto, los análisis por citometría de flujo son los que mejores resultados han demostrado, gracias a la tecnología innovadora de este sistema que logra clasificar acertadamente en tiempo récord, los diversos tipos de leucemias de acuerdo con las características que cada célula contiene.

El especialista internacional aclaró que lo novedoso de la técnica por citometría de flujo, la cual ha sido estandarizada por el consorcio Euroflow, es que permite analizar desde 10 mil hasta 10 millones de células, una por una, en un tiempo cercano a 45 minutos, para identificar si alguna de éstas es maligna. Esto en comparación con la técnica por microscopio que alcanza a ver hasta 500 células en una muestra.  Esto a su vez impacta en el número de muestras analizadas en un día. Mientras que otras técnicas permiten 15 o 20 muestras, hoy, con esta tecnología estandarizada, se pueden alcanzar hasta 30 muestras al día.

“En padecimientos con síntomas silenciosos como las leucemias crónicas, que despiertan hasta que la enfermedad está avanzada, es de gran valor este tipo de métodos de diagnóstico, con los que se puede pronosticar la evolución de la enfermedad y hasta descartar la posibilidad de una recaída, además en un tiempo menor”, agrega el especialista.

Por su parte el doctor Pedro Arturo Zárate, médico hematólogo, jefe del Laboratorio Clínico del Hospital Central Sur de Petróleos Mexicanos y Coordinador Médico del área de hematología del Laboratorio Diagnomol, añade que, la citometría de flujo “ha demostrado su efectividad en el seguimiento de la recuperación inmune tras el trasplante de médula ósea y en el monitoreo terapéutico de los pacientes con padecimientos hemato-oncológicos y su etapa de enfermedad mínima residual (EMR)”.

Además, es una técnica que ayuda en otros padecimientos hematológicos benignos, esto es, toda aquella enfermedad o condición del paciente que esté relacionada con el buen funcionamiento de la sangre. “La citometría de flujo permite, por ejemplo, analizar el comportamiento de las plaquetas que suelen alterarse en muchas enfermedades hereditarias que predisponen una hemorragia o una trombosis”, agregó el doctor Zárate. También, en estudios de la sangre que se almacena para transfusiones o bien, para analizar el comportamiento de las células luego de un trasplante de tejidos u órganos.

Los especialistas reiteran la importancia de la estandarización en estas metodologías de diagnóstico ya que, solo beneficia al paciente y su recuperación. Sin embargo, cabe resaltar que hablar de estandarización de un citómetro de flujo tiene que ver por un lado con las condiciones adecuadas de la máquina, es decir, que haya estabilidad en el sistema óptico, en el sistema de fluidos y en el sistema láser. Al mismo tiempo, estabilidad en la preparación de la muestra, con la cantidad y calidad de anticuerpos necesarios para marcar las células que se desean analizar, pues esto ayudará a detectar las proteínas de cada célula en concreto.

“Estamos haciendo un diagnostico mucho más preciso cada vez para los pacientes y eso es el futuro de una inminente medicina personalizada, que impacta en que no va a ser necesaria un medicamento exclusivo por paciente, sino que puede funcionar en un grupo de pacientes más reducido de acuerdo con el marcador que los caracterice y al subtipo de leucemia que presenten” concluyó el doctor Fernández.

Foto: Archivo

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