Columnas

La deserción escolar en adolescentes

*Por Zakie Smeke

¡A la escucha!

En México, 2.2 millones de adolescentes abandona la escuela por falta de recursos económicos y 14.4 por ciento de ellos se ve en la necesidad de buscar un trabajo para ayudar a su familia, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) con motivo del Día Mundial de la Población.

El Instituto divide a los adolescentes en dos grupos: los de 12 a 14 años y los de 15 a 17 años. En el grupo de 12 a 17 años que no asiste a la escuela, el 48.3 por ciento la abandona por falta de interés, aptitud o requisitos para ingresar a ella y el 14.2 por ciento lo hace por la falta de recursos económicos.

http://www.beta.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/aproposito/2018/poblacion2018_Nal.pdf

¿Por qué algunos adolescentes que han vivido una escolaridad normal pierden interés por continuar sus estudios? Las sacudidas de la adolescencia tienen, por sí misma, la capacidad de conducir al adolescente a desinteresarse por su preparación.  Comprender la dinámica propia de esta etapa de la vida, permitirá a los padres y a los maestros abordar las problemáticas propias del adolescente con mayor efectividad.

La adolescencia se define por ser el tiempo que separa la infancia de la edad adulta. Es un momento bisagra en el que simultáneamente se vive un momento de duelo por abandonar la infancia y de renacimiento a una identidad personal.

El adolescente se ve confrontado con conflictos que provienen de situaciones exteriores e interiores. En algunas comunidades el cuerpo social acompaña al joven desde la infancia hasta la edad adulta, pero en las ciudades sucede al contrario y los púberes deben arreglárselas solos.

Los padres por un lado quieren que el joven se independice, pero por otra parte, le piden que continúe bajo su tutela. Los adolescentes dicen que los padres “no los comprenden” y los padres les reprochan falta de confianza, “No sabemos lo que piensa, lo que hace o quiénes son sus amigos”.

Los adolescentes necesitan sentir a los adultos atentos y cercanos, pero no intrusivos porque se encuentra luchando por su independencia. Piden ser escuchados y respetados en sus gustos y que no se burlen de ellos.

El cuerpo del adolescente se transforma hasta el punto de no reconocerse en la propia imagen. ¿Cómo integrar los cambios psíquicos y físicos, cómo vivir la sexualidad? El empuje puberal obliga al sujeto a definir su identidad sexual y las preguntas se multiplican: ¿Cómo amar? ¿Cómo enfrentar la violencia?

Es decir, el malestar que viven los adolescentes en esta etapa de cambios se manifiesta en forma de crisis y comportamientos característicos de este momento.

El malestar se puede presentar en forma de depresión, de tedio, de falta de sentido en la vida. Pero algunas veces, el adolescente no comprende el sentido de su malestar y ante sus quejas requiere del apoyo del dermatólogo, del ginecólogo o del docente, quienes actúan como sus interlocutores.

Algunos adolescentes pueden presentar conductas de riesgo: relaciones sexuales no protegidas con peligro de contagio de enfermedades sexuales. Pueden entrar a la toxicomanía, a la ingesta de alcohol o de cigarrillos. El paso a las drogas puede estar marcado por una falta de sentido en la vida.

Las crisis existenciales durante la adolescencia son recurrentes, los jóvenes viven en una situación de urgencia por hallar una forma de ser, pero sin separarse de lo que fueron hasta ese momento. Si el proceso de pérdida y ruptura domina se puede experimentar como un vacío interior y se requiere el apoyo profesional para superarlo.

Pero para ciertos jóvenes los procesos de ruptura y cambio se cumplen a partir de estructuras sólidas que se fueron adquiriendo desde la infancia y desarrollaron una capacidad de simbolización y de sublimación que les permite integrar nuevas elecciones identificativas con una estructura subjetiva estructurada que les permite poner un pie en el futuro sin tanta zozobra y angustia.

Cultura…. “Doris Day falleció este lunes a los 97 años de edad pero en la retina de sus admiradores la estrella de Hollywood seguía siendo esa adorable rubia de sonrisa perenne y edad indefinida que les hacía reír y soñar en rosa cuando se asomaba a la gran pantalla con sus comedias románticas de la época dorada de la meca del cine. A ella misma le ha debido aceptar que el paso del tiempo le llevaba irremediablemente a un final vital que en su caso ha sido tardío y le ha llegado a los 97 años. Su relación con la muerte era negarla, mirar para otro lado. Por eso, a quienes la conocían no les ha sorprendido que haya mantenido su postura más allá de su propio fin y dejara especificado en su testamento que no quería «ningún funeral, ningún monumento; ninguna tumba», según ha desvelado Bob Bashara, su representante y amigo a la revista People.”

https://elpais.com/elpais/2019/05/14/gente/1557845459_392630.html

 

  • Doctora en Filosofía Política
  • Maestra en Periodismo Político
  • Psicoanalista

 

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