México

La formación de la nueva gendarmería ocurre en medio de paupérrimas condiciones

Cuál es el objetivo para que estas personas sean tratadas así De quién es la idea de que el entrenamiento que se les da sea así

Pese a las constantes denuncias, todo indica que ni al general secretario de la Defensa Nacional (Sedena), Luis Crescencio Sandoval, ni al secretario de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Alfonso Durazo Montaño, les importa las miserables condiciones en que elementos de la Policía Federal, reciben capacitación para integrarse a la Guardia Nacional (GN).

El pasado 16 de mayo, en una carta dirigida a la doctora Patricia Trujillo Mariel, comisaria general, elementos de la Policía Federal que reciben entrenamiento para formar parte de la Guardia Nacional, denuncian las condiciones infrahumanas en que viven en el Campo Militar de Santa Lucía, donde no solo les niegan agua para asearse, sino también duermen en colchones infestados de chinches y constantemente reciben agresiones verbales por parte de una oficial (dice que del más alto rango) de la Secretaría de Marina (SEMAR).

En su misiva, los aspirantes indican que: “en el Campo Militar de Santa Lucía, primer escalón, para recibir el curso de la Guardia Nacional, nos encontramos en situaciones en las que violentan nuestras Garantías Individuales y que un individuo ( persona) ya desde su nacimiento disfrutará y podrá exigir que se cumplan y que tienen como objetivo final la consecución de la paz, la armonía y el orden en la sociedad en la cual se encuentran vigentes”.

Hoy, nuevamente denuncian que estas condiciones no han mejorado, y acompañan su queja con fotografías y un video en el que se observan «aulas» improvisadas casas de campaña; en una de ellas solo hay pupitres, y la cual se está inundando debido a la intensa lluvia que cayó.

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Los elementos, con uniforme de campaña y distintivos donde se lee Guardia Nacional, permanecen dentro del «aula» viendo cómo el agua va subiendo sin que ninguna autoridad les de la orden de moverse a otro sitio, pese a que el Campo Militar de Santa Lucía, donde están recibiendo el «entrenamiento», cuenta con instalaciones más apropiadas para esta labor.

Es cierto, la labor que van a desempeñar cuando ya estén incorporados a la GN no será sencilla ni estarán en un lecho de rosas, pero, ¿es necesario tratarlos peor que a criminales, a quienes la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) siempre defiende sus derechos?

¿Cuál es el objetivo para que estas personas sean tratadas así?, ¿De quién es la idea de que el entrenamiento que se les da, sea en estas condiciones? Hay muchas preguntas, desgraciadamente no hay quien las responda.

 

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