Ecología

Necesario ayudar a la sobrevivencia de los mamíferos marinos

Desde finales del siglo XVIII los humanos hemos provocado la extinción de cinco de estas especies

Desde finales del siglo XVIII los humanos hemos provocado la extinción de cinco especies de mamíferos marinos. Los mamíferos marinos, como ballenas, delfines, marsopas, belugas, narvales, zifios, cachalotes, lobos marinos, morsas, focas, nutrias, osos polares, zorros árticos, manatíes, vacas marinas y algunos murciélagos pescadores, son y han sido amenazados por las actividades humanas, destacó el doctor Luis Medrano González de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Detalló que las especies ya extintas son: la vaca marina de Steller que se desapareció en el siglo XVIII, el visón marino que se extinguió a inicios del siglo XX, el lobo marino de Japón extinto desde la primera mitad del siglo XX, la foca monje del Caribe a mediados del siglo XX y el delfín del río Yangtsé a inicios del siglo XXI.

El investigador señaló que los mamíferos marinos han sido de relevancia histórica ya que han proporcionado a los humanos carne, grasa, aceites, huesos, piel y otros materiales. Para el caso de nuestro país, dijo, se ha documentado la interacción de estos animales con los humanos desde el Holoceno (aproximadamente hace 10 mil años), cuando la desertificación del noroeste de México obligó a los grupos humanos de la región a buscar sustento en el mar, en específico en el Golfo de California y la costa del Pacífico de Baja California.

Después del siglo XVIII la cacería de mamíferos marinos dejó de ser para la subsistencia y su enfoque fue en el comercio; a partir de entonces muchas especies fueron sobreexplotadas y de manera sostenida quedaron en peligro de extinción, destacó el doctor en Ciencias por la UNAM.

«Y aunque la cacería comercial de mamíferos marinos se ha detenido gradualmente desde mediados del siglo XX, la diversificación de las actividades humanas en el mar ha creado otras amenazas, entre las cuales están la mortalidad en artes de pesca, la destrucción de hábitats y la contaminación de diversos tipos como ruido, basura, metales pesados, compuestos organoclorados y patógenos, y todas estas se suman al cambio climático, el cual es el mayor componente en el riesgo de extinción de especies polares como la ballena de Groenlandia», destacó.

En el caso de México —país en el que se encuentran 52 de las 135 especies de mamíferos marinos del mundo— la vaquita marina está cerca de extinguirse como resultado de su mortalidad en redes de pesca ilegales para la totoaba, un pez que también está en peligro de extinción.

Para dar una idea de lo que representa la mastofauna marina mexicana para la conservación e investigación de los océanos, el especialista en mamíferos marinos destacó que entre esta se encuentra una especie extinta en el siglo XX —la foca monje del Caribe—, una en riesgo critico de extinción, ocho en peligro, cuatro vulnerables, 12 en categorías de riesgo menor y 25 de las que no hay suficiente información para determinar su estado de conservación.

Y añadió que en vista de que los mamíferos marinos tienen grandes capacidades para aprender, socializar y regular su fisiología, estos animales pueden adaptarse a los rápidos cambios ambientales ocasionados por los humanos. Por esto, el estudio de los mamíferos del mar puede dar información a los científicos acerca de las transformaciones en los ecosistemas marinos; por ejemplo, en la detección de contaminantes en las redes tróficas.

Mamíferos marinos

El origen de los mamíferos data de hace 200 millones de años en la transición del Triásico al Jurásico, después los mamíferos se diversificaron hace unos 65 millones de años en relación con la extinción masiva de los dinosaurios por un evento catastrófico que marcó el fin del periodo Cretácico.

Los mamíferos marinos no son un grupo de animales con un origen común, pertenecen a cinco órdenes diferentes, cetáceos, algunos carnívoros, sirenios, los extintos desmostilios y un murciélago pescador, que evolucionaron de manera independiente a la vida marina. Actualmente se tienen registradas aproximadamente 5 mil 500 especies de mamíferos y de estas 135 se reconocen como mamíferos marinos recientes: 89 cetáceos, 40 carnívoros, 5 sirenios y un murciélago.

Definir a los mamíferos marinos, mencionó el doctor Luis Medrano González, no es sencillo, “podemos decir que se trata de animales que viven en el mar, pero de hecho no todos los mamíferos marinos viven en el mar; podemos añadir un criterio trófico, es decir que de alguna forma obtienen su alimento del mar, con lo que se incluiría a unos murciélagos que se alimentan de la sangre de lobos marinos”. Otro posible criterio, agregó, es que estos animales tienen adaptaciones que les permiten vivir en el mar, pero, el zorro ártico habita el océano Ártico vive en la nieve, no es acuático.

De las 135 especies de mamíferos, algunas cumplen con los tres criterios, otras con uno, por lo que no existe una definición exacta de qué son los mamíferos marinos, así que de acuerdo con Medrano González  puede decirse que son los animales que los mastozoólogos marinos estudian.

“La mastozoología marina es una ciencia multidisciplinaria en la que se estudia a los mamíferos marinos en aspectos como genética, bioquímica, anatomía, fisiología, ecología, sistemática y evolución con tres grandes perspectivas: la conservación, la evolución, y la medicina”.

Sobre esta última, la fisiología de los mamíferos marinos resulta de interés en varios ámbitos de la medicina humana y al mismo tiempo, la medicina de los mamíferos marinos brinda nuevas perspectivas para la ecología de estos animales y las políticas de su conservación. “Un caso es la propagación de morbilivirus (grupo de virus relacionados con enfermedades como el moquillo y el sarampión) entre las colonias de pinnípedos —como los lobos marinos— en relación con el incremento de perros ferales y coyotes”.

Uno de los grandes retos de la mastozoología marina es tener información acerca de cómo están cambiando los ecosistemas marinos, esto a través de estudiar a los mamíferos marinos, y que este conocimiento pueda potenciar la colaboración internacional para la conservación, finalizó el investigador.

Foto: Shutterstock

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