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La Fuerza de la sociedad empina a dos jueces

En un momento en que la violencia de género es el tema central, ha ocurrido un crimen que pone en entredicho la actuación de las autoridades; se trata del caso de Abril, una profesionista que vivió el más perverso rostro de esta violencia de género.

Peor aún, habrían sido los jueces capitalinos quienes abrieron la puerta de la prisión para que saliera el hombre que violentó a Abril el pasado mes de enero. El hombre estaba bajo prisión preventiva enfrentando un proceso por intento de homicidio, puesto que aquel principio de año la sometió a batazos, la hirió con un cuter y hasta pretendió estrangularla. El testigo y defensor, fue su hijo de 15 años de edad.

Ella buscó separarse de aquel hombre. Sin embargo, perdonaba, dicen quienes estuvieron más cerca de ella. Además, buscaba dar apoyo a otras mujeres agredidas, en fin tenía expectativas de continuar su vida, misma que fue cortada de tajo.

Hoy, los familiares afirman que no han señalado al ex esposo como responsable del crimen, solo reclaman que haya salido libre por un mero formalismo, fraguado por dos jueces, quienes se habrían confabulado para sacarlo de prisión.

¿Cómo lo hicieron? Cambiaron el delito de intento de homicidio a violencia doméstica, y esto, en horas le dio la libertad a quien intentó matar a su esposa Abril.

Ahora se dice que ambos jueces fueron suspendidos para realizar la investigación pertinente, y hasta el Presidente de la República retomó el tema en sus conferencia mañanera.

La suspensión a estos impartidores de justicia no le regresará su madre a esos tres hijos, ni la hija a esos padres, ni la hermana a esos hermanos, mucho menos mitigará el gran dolor que este estúpido crimen les provocó, pero si deja un gran ejemplo para todos los mexicanos: que la union hace la fuerza. Que si todos, sin importar ideologías, colores partidistas, estratos sociales o profesiones, se unen para exigir un mejor país, lo lograrán

Esta es la fuerza que puede tener la sociedad para exigir justicia, ojalá todas esas que han perdido la vida, mientras otras que viven violencia, fueran también el tema, pero si no lo son es momento de que pongan el tema sobre la mesa; pero todos unidos, sin necesidad de violencia, sin destruir, sin agredir, porque ya vimos con el caso de Abril, que fue la fuerza de la razón, la exigencia de una sociedad hermanada por el coraje la que, a través de redes sociales, en medios de comunicación nacionales y otros no oficiales, de boca en boca, con opiniones, la que hizo presión para que se tomaran medidas y llamen a cuentas a esos jueces que, con sus decisiones, habrían sentenciado a muerte a Abril.

 

 

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