Mientras las cifras oficiales dicen que en la marcha solo participaron entre cuatro mil y ocho mil personas los número reales habla de casi 100 mil
Pese a las críticas, burlas y hasta amenazas por parte de simpatizantes de MORENA y el presidente López Obrador, la marcha contra el Gobierno obradorista fue un éxito y puso de manifiesto que el descontento social por las políticas aplicadas crece, así como el número de ciudadanos que en cada manifestación que se convoca, va en aumento.
Mientras los ciudadanos, motejados por el mismo presidente como «conservadores», convocaron a todos los mexicanos que no estén de acuerdo con el actual Gobierno, a participar a la marcha que se realizó este domingo 1 de diciembre, del Ángel de la Independencia al Monumento a la Revolución, a través de redes sociales, de boca en boca y vía teléfonica, el Gobierno obradorista lo hizo vía sus gobernadores, coordinadores y hasta integrantes del Gabinete, usando recursos públicos como el pago de autobuses para acarrear gente a su evento en el Zócalo capitlaino, para celebrar el primer año de su ascenso a la silla presidencial, y las cuentas oficiales en redes sociales.
Mientras los «conservadores», «fifis» y «corruptos», se concentraron en el monumento a la Victoria Alada, por convicción, sin presiones, pagos, promesas o amagos de despido de sus trabajos o sacarlos de los programas sociales, los acarreados del gobierno morenista fueron movilizados desde sus colonias, alcaldías o estados en transportes rentados con recursos públicos, les dotaron de sus respectivos sandwiches, tortas y jugos y un pago de 200 pesos.
Mientras las cifras oficiales dicen que a la marcha contra López Obrador solo participaron entre cuatro mil y ocho mil personas, los número reales habla de casi 100 mil mexicanos que llenaron el Paseo de la Reforma en ambos sentidos y al grito de «Fuera López, fuera López», caminaron de manera ordenada, sin ensuciar, romper, vandalizar, robar, y mucho menos enfrentarse entre ellos.
En esta marcha participaron unidos amas de casa, profesionales, adultos mayores, jóvenes, mujeres con bebés en brazos, adolescentes, políticos de diversos partidos, académicos, analistas políticos, y, sobre todo, personas que han perdido seres queridos a manos de la delincuencia organizada que por sus actos parece que es la única que goza en este sexenio.
Fue conmovedora la forma en que los integrantes de la marcha, muchos desconocidos entre ellos pero que el mal gobierno ha logrado hermanar, arroparon a los integrantes de la familia LeBarón, quienes están viviendo el luto por el aberrante crimen cometido contra nueve de sus integrantes (seis niños y tres mujeres madres de familia). La gente les manifestó sus condolencias y su solidaridad, «porque hoy fueron ellos y mañana podemos ser cualquiera de nosotros».
Miles de voces se escucharon a lo largo de la marcha en un solo grito, «Fuera López, fuera López». Mientras otros miles levantaban sus mantas o pancartas con leyendas como: «Deja de dividirnos, deja de ponernos calificativos», respeta las instituciones, respeta al INE», «Déjanos vivir en paz», «Deja vivir a los enfermos», entre varias otras.
Ya en el Monumento a la Revolución, los manifestantes guardaron un minuto de silencio por las más de 35 mil muertes de este nuevo gobierno, entre ellas los nueve integrantes de la familia LeBarón, mientras en el Zócalo el presidente López Obrador repetía lo que hemos escuchado los 365 días de su primer año de gobierno y, obvio, no podían faltar las acusaciones sin fundamento y los calificativos de los que ya se fueron hace un año.
Para calentar motores y entretener a la gente acarreada, desde temprana hora se selló el circuito del Zócalo capitalino para que solo los simpatizantes de Morena pusieran acceder y «disfrutar» de la actuación de grupos musicales. Cabe destacar que mientras el diputado Gerardo Fernández Noroña, como cadenero de antro, decidía quién si podía pasar y quién no, el padre Alejandro Solalinde rogaba porque lo dejaran entrar y estar cerca de su admirado presidente.
Así concluyeron las dos manifestaciones organizadas, una para reclamar a López Obrador su mal gobierno, y otra con acarreados, para alimentar el ego de un mandatario que cree que sabe gobernar, que presume de honesto, que aseguraba que en cuanto ganara la Presidencia el país viviría en paz y que ahora reiteró su petición de que le den un año más «para una nueva patria».
Cabe destacar que estas mismas escenas se observaron en Tamaulipas, Guanajuato, Cancún, Monterrey, Puebla, entre otros estados del interior de la República, donde a pesar de que se les quiso boicotear su manifestación, los ciudadanos no se amedrentaron y salieron a expresar su descontento.
Fotos: Especial y DeReporteros
