México

Hoy ejecutaron en Texas a mexicano multihomicida

Asesinó a su esposa, dos hijas menores de edad, el suegro y la cuñada

A las 18:48 horas, tiempo de México, en la prisión de Huntsville, Texas, Abel Revill Ochoa fue ejecutado con inyección letal, pese a los recursos que su defensa interpuso a lo largo de 18 años para que su sentencia fuera conmutada por cadena perpetua. Mató a cinco integrantes de su familia.

En 2002, el mexicano y después naturalizado estadounidense, asesinó a su esposa, sus dos hijas menores de edad, su suegro discapacitado, su cuñada y dejó gravemente lesionada a otra de sus cuñadas, luego de consumir crack, droga a la que era edicto. Al ser detenido, el multihomicida argumentó que al momento de cometer los crímenes había sido poseído por el diablo.

Ningún argumento, ni del acusado ni de su defensa, logró que la pena se redujera o conmutara, había las suficientes evidencias y un testigo que lo señalaban como el autor material de la masacre, así que hoy, luego de 18 años en el pabellón de la muerte, a los 47 años de edad, Abel Revill Ochoa recibió una dosis letal de sedante pentobarbital, en la prisión de Huntsville, ubicada cerca de Houston, Texas, donde a las 18:48 horas, tiempo de México, dejó de existir.

Abel Revill Ochoa nació en 1973, en el municipio de Vicente Guerrero, Durango. Vivía con su familia en Dallas, Texas; tenía la ciudadanía estadounidense.

De acuerdo a información de la época, el día de la tragedia (4 de agosto de 2002), Abel fue a la iglesia con su familia, al regresar a casa le pidió 10 dólares a su esposa Cecilia, para comprar crack. Luego de consumir la droga, Abel quería más pero sabía bien que su esposa ya no le daría más dinero, por lo que fue a su habitación y del closet sacó una pistola con el cargador lleno.

Se dirigió a la sala de su hogar y primero mató a su Anahí de tan solo 9 meses, luego a su esposa Cecilia, a su suegro, a la hermana de su esposa, Jaqueline, a Bartolo, quien era discapacitado pues carecía de una pierna. A Crystal, su hija de 7 años de edad, le disparó por la espalda cuando ésta corrió despavorida. Mientras que a Alma, otra de sus cuñadas, la lesionó de gravedad pero no murió.

Sólo pasó una hora después del multihomicidio, para que Abel fuera detenido cuando sacaba dinero de la tarjeta de su esposa, en un cajero automático.

Su defensa argumentó que Abel tuvo un delirio inducido por las drogas, esto en base a que el hombre aseguró que el diablo lo poseyó y lo obligó a cometer la masacre. Ningún argumento fue válido para el jurado que, en 2004, lo condenó a pena de muerte. Pasaron 18 años del multihomicidio y 16 de la sentencia, pero este jueves ya no hubo poder humano que cambiara el destino de Abel y a las 18:48 horas murió después de recibir una inyección letal.

Foto: Departamento de Justicia Criminal de Texas

 

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