Por Jesús Sánchez Ramírez
Este martes, en el programa de Facebook que aparece gracias a la señal de TvAlianza, este servidor les presentó, al igual que muchos otros medios de comunicación, las primeras declaraciones de Erick «N», esposo y asesino de Ingrid «N». El hombre, con la cabeza vendada, y el cuerpo tinto en sangre, respondió a los cuestionamientos de una persona. Se dijo de profesión ingeniero civil, y que trabaja cuando hay trabajo y cuando no, pues no. Relata que todo empezó porque Ingrid le reclamó que anduviera borracho.
El supuesto feminicida estaba al interior de una patrulla y desde el asiento manchado con la sangre de su víctima narró, sin arrepentimiento alguno, cómo le quitó la vida a Ingrid, y la manera en que trató de desaparecer el cadáver de la joven que contaba con una maestría en contaduría.
El feminicida al observar la pavorosa escena que, por desgracia, también vio un joven autista de 14 años, optó por llamar a su exesposa, a quien contó lo que había hecho. La mujer, lógico, llegó a la escena del crimen acompañada ya por policías, quienes corroboraron la dantesca escena.
Por casos como éste es que la figura jurídica del feminicidio no debe desaparecer, sino fortalecerla para castigar esos crímenes. Ante este panorama, varias diputadas se han reunido con el Fiscal General de la República, el doctor Alejandro Gertz Manero, quien les respondió que su propuesta no va encaminada a desaparecer el feminicidio per se, sino darle otro término jurídico para acelerar las investigaciones y obtener castigos más fuertes contra quienes los cometen.
En la reunión en comento la diputada perredista Verónica Juárez Piña, señaló que «cuando hablamos de feminicidio éste es el extremo, porque las violencias es lo que lleva a tener casos como el de Ingrid, que usted (el fiscal) seguramente está informado y del que lamentablemente hemos sido testigos, pero además que se le ha revictimizado a ella cuando se han dado a conocer fotografías y que también hay revictimización hacia la familia». Lo anterior, sin lugar a dudas, nos lleva a inferir que es necesario mantener la figura del feminicidio.
Por su parte el fiscal Gertz Manero manifestó: «nosotros dijimos con toda claridad: nosotros proponemos que se tipifique y se mantenga el delito de feminicidio, como un homicidio en contra de una mujer, y que debe tener el agravante y la penalidad más alta, que debe ser de 40 a 70 años. Es decir, tenemos muy clara la perspectiva de género; tenemos muy claro que el delito de feminicidio tiene que prevalecer, porque eso le da una autonomía jurídica y técnica que es indispensable para poder, realmente, defender a un género que está en una posición de agresión que nosotros tenemos que entender con toda claridad».
Lo importante de todo esto es que los crímenes en razón de género han aumentado considerablemente no sólo entre la población adulta sino también entre la infantil, por lo que es deber de todos nosotros propugnar para que se mantenga la tipificación de ese delito tal como está ya que etiquetarlo de otra forma iría en detrimento de la sociedad entera y no sólo de la población femenina. Para este viernes, Día del Amor y la Amistad, se anuncian marchas en varias ciudades del país por el feminicidio de Ingrid. Ojalá no devengan en caos. El asesino ya ha sido sometido a proceso, está confeso y fue detenido infraganti. Dejemos que la ley siga su camino.
