Columnas

Un gobierno enemigo, el de la Cuarta Transformación

Un gobierno que es enemigo de trabajadores, pensionados, sindicalizados, mujeres y niños enfermos, entre otros, es lo que hoy tenemos con la Cuarta Transformación, que no sólo condena a muerte a los enfermos sino también le impide a trabajadores ejercer su derecho de exigir condiciones dignas, busca apropiarse de los ahorros de los trabajadores y le esquilma sus pensiones a aquellos que durante años han dejado la vida para tener un patrimonio.

Pero esto no es novedad, quizá solo para aquellos que se dejaron engañar con el cuento de que «Primero los pobres», pues bien, les cumplió y primero a los pobres es a los que está matando, dejándolos sin trabajo, sin ahorros, sin patrimonio, sin dignidad.

Y un gobierno así, tirano, déspota, indolente, corrupto y asesino, no merece este país.

Con el cuento de la corrupción de los que se fueron, primero les quitó las estancias infantiles a las madres trabajadoras,  y propuso que los abuelos cuidaran a los niños y que mejor se les pagara a ellos. Luego le quitó los refugios a las mujeres víctimas de violencia, y sin ninguna explicación creíble, solo que había corrupción.

Desde que este nefasto gobierno llegó, los pensionados han visto retenidos sus recursos económicos con mil pretextos, y la situación continúa. Cada que un pensionado acude a las oficinas de Pensionisste, los empleados le salen con una exigencia diferente para no entregarles sus recursos, pese a que muchos ya tienen la sentencia a su favor por parte del Tribunal de Conciliación y Arbitraje, lo que también utilizan para negar la entrega de un dinero que les pertenece, porque para ello trabajaron toda su vida.

Otro lugar donde la perversidad de este gobierno también se ha manifestado es el Infonavit, donde presumen de ayudar a los trabajadores pero solo en teoría, porque en la práctica siguen con los viejas y sucias maniobras de volver las deudas en impagables, omitiendo informar a los derechohabientes la situación de sus créditos y cuando por fin le informan resulta que ya tiene otra deuda, y que no es candidato a los supuestos beneficios que ofrecen. Mentiras, puras mentiras.

Cuando López Obrador estaba en campaña, prometió a los trabajadores no meterse con los sindicatos, una mentira más, pues a través de sus incondicionales ha logrado despedir a cientos de trabajadores, negándoles la liquidación que por ley les corresponde y hasta reventando sus huelgas, como ocurre actualmente con la Agencia de Noticias del Estado Mexicano (Notimex), donde la directora Sanjuana Martínez es la viva imagen del autoritarismo, solapada por el mismo presidente.

Ahora, vía el mal llamado diputado, Gerardo Fernández Noroña, de un partido que hace mucho debió desaparecer del panorama político por prostituirse, el PT, presentó una iniciativa en el Congreso para que se traspase el ahorro de las Afores para que las administre un organismo público. Esto tampoco es nuevo ni es idea del impresentable  Noroña, es otra de las maquiavélicas ideas que López Obrador incluyó en su Plan Nacional de Desarrollo, robarle sus ahorros a los trabajadores para seguir comprando conciencias y votos, y condenando a millones de mexicanos que ya cuentan con ese dinero para su retiro, a la mendicidad, a vivir de las limosnas que el gobierno da como «programas sociales».

Pero lo que no tiene nombre ni perdón, es lo que el gobierno de López Obrador le hace a los enfermos, niños, mujeres, hombres y adultos mayores, a quienes no solo les niega tratamientos y medicamentos, sino también el derecho a la vida.

A un año de su llegada al poder, el desabasto de medicinas, insumos, médicos, enfermeras y programas es alarmante y nunca antes visto, sobre todo porque son personas de escasos recursos que dependían del Seguro Popular que, si no era excelente, al menos les daba esperanza de algún día recuperarse o morir con dignidad. Hoy, los enfermos mendigan atención y el presidente les miente asegurando que la culpa es de los que se fueron, que porque se robaron el dinero de las medicinas, pero después les dice que dinero si hay, pero no les resuelve el problema.

Este jueves, la Cuarta Transformación le propinó tremenda puñalada a las mujeres con cáncer de mama, muchas de ellas en pleno tratamiento, al anunciarles que se acabó la cobertura del Seguro Popular en la Fundación para Atender el Cáncer de Mama (FUCAM) por falta de recursos, por lo que el personal médico y administrativo se ve imposibilitado a dar continuidad a tratamientos oncológicos, quimioterapias o radioterapias, incluso cirugías programadas.

El argumento es porque, asegura el gobierno de López Obrador, se acabó el dinero y con ese argumento cortó el suministro económico que apoyaba a pacientes con cáncer de mama sin recursos económico ni derecho al IMSS o ISSSTE, lo que provocó que decenas de pacientes y sus familiares lloren y se desesperen al sabe que esta es una sentencia de muerte.

Sentencia de muerta dictada nada menos que por aquel que los utilizó para llegar al poder, aquel que juraba que «Primero los pobres, aquel que los envenenó y les hizo creer que los que se fueron se robaron todo y dejaron un país en ruinas, pero no les explica por qué si no hay dinero para medicinas, si hay para regalarle a otros países, por qué si hay para caprichos inútiles como una refinería, un aeropuerto, para el béisbol y hasta para que sus hijos monten empresas y viajen por el mundo como juniors.

A este presidente, que 30 millones de ignorantes empoderó, junto con un gabinete de lacayos, no le importan los pobres, los trabajadores, los pensionados, los enfermos, los niños, las mujeres, nada. Solo le importa su ego, su infinito odio por aquellos que lo antecedieron, por los que no votaron por él, por los que no le aplauden y le celebran todos sus absurdos, por aquellos que exigen y se manifiestan, por aquellos que piensan.

Este presidente no merece este país ni la oportunidad que le dieron de llegar al máximo cargo. Sólo tiene un año en la Presidencia, pero ya pesan sobre él las muertes de miles de enfermos, la pobreza de millones de familias, la miseria a la que condena a pensionados, el atraco a los ahorros de los trabajadores, los ejecutados por la inseguridad y el narco, y la ruina de México.

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