Este proceso se realizará en un periodo aproximado de cuatro años y busca recrear cómo se hizo la cultura y la ciencia
Con interactivos, imágenes de gran formato, infografías, maquetas, fotos satelitales y proyecciones en sus salas «Océano, Inmensidad Desconocida» y «Hábitat, es espacio es de todos», el Universum, Museo de las Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), ofrece a sus visitantes una visita increíble e inolvidable.
Estas dos salas fueron inauguradas el pasado mes de septiembre, como parte de la renovación que la máxima casa de estudios lleva a cabo en Universum, y las expectativas en el número de visitantes han sido superadas con creces, toda vez que cientos de estudiantes las han visitado con el interés de aprender sobre la vida en el mar y el hábitat.
La transformación se realizará en un periodo aproximado de cuatro años y busca recrear cómo se hizo la cultura y la ciencia. Por ello, dedicará su primer piso al entorno natural: la tierra, el mar, el océano y el cielo, mientras que en el tercer nivel se expondrán los grandes desafío y grandes logros de la ciencia.
Océano, Inmensidad Desconocida
La sala “Océano, Inmensidad Desconocida” muestra cómo se formaron los grandes océanos; aborda sus características y en videos muestra la evolución de los cetáceos; expone el equilibrio que el océano crea en el planeta, la importancia que tiene para la vida, así como la diversidad de la vida marina.
Además de los contenidos interactivos en grandes pantallas o dispositivos touch, se exhiben esqueletos de diferentes cetáceos como la orca y la vaquita marina; ejemplares de colecciones biológicas como esponjas de árbol rojo, estrellas y soles de mar, entre otros.
Este espacio, modificación de la sala “Estructura de la materia”, es producto de la colaboración entre la DGDC y el Museo de la Ballena y Ciencias del Mar, que apoya la investigación y divulgación científica de importantes especies marinas.
Hábitat, espacio para todos
En “Hábitat, el espacio de todos”, se busca demostrar que los asentamientos humanos son resultado de la interacción sociedad-naturaleza. Así, se explican las condiciones que permitieron al Homo sapiens convertirse en sedentario, cómo a partir de la observación y el conocimiento empezó a transformar su entorno, hasta llegar a las problemáticas que han provocado que las ciudades estén en crisis.
Claro ejemplo de la interacción de los hombres con la naturaleza es la Cuenca de México, de la que se exhiben imágenes de gran formato sobre cómo era en los años 800, 1850 y 2010. También hay una maqueta en la que se proyecta el crecimiento de los asentamientos humanos sobre la cuenca.
“Un viaje en el tiempo” es el nombre de la proyección que expone cómo el Valle de México ha pasado de ser “un paraíso con agua en abundancia”, a una urbe con falta de ese recurso y múltiples problemas de contaminación, entre otros. De igual forma, hay juegos que invitan a los visitantes a reflexionar sobre los retos que tenemos como especie y si estamos tomando las decisiones acertadas.
Esta sala, modificación de “Conciencia de nuestra ciudad”, se renovó en colaboración con la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación de la CdMx, así como con los institutos de Geografía, Geofísica, Investigaciones Antropológicas, Ciencias del Mar y Limnología, y el Laboratorio Nacional de Observación de la Tierra de la UNAM.
El titular de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia (DGDC) César Augusto Domínguez Pérez-Tejada, habló sobre la necesidad de que la ciencia tenga un papel protagónico. «Si queremos hacer llegar el conocimiento a más públicos, los museos juegan un papel elemental; si un museo no está vivo, o sirve, por eso estamos en este proceso de renovación».
En tanto, Diego Ruiz Sabio, director general del Museo de la Ballena y Ciencias del Mar, recordó que decidieron traer la colección osteológica, la más diversa, «porque es un tesoro mundial. Nuestro Museo de la Ballena y Ciencias del Mar es una institución de investigación y un centro de rescate, por lo que esta sala se irá actualizando en cuanto a mamíferos marinos y otros estudios oceánicos, para que México sepa de sus maravillas y haga conciencia ambiental».
Pablo Fulgueira, director de Películas Enramada, detalló que la sala «Hábitat» trata de la zona central de México, «tan compleja, estimulante y descriptiva». Aquí, 43 proyectos de video y 14 canales de sonido se sincronizan para dar vida a espacios y tiempos imposibles, sueños, metáforas y leyendas de la ciencia».
Fotos: UNAM
