Columnas

De cómo los conspiracionistas tienen verdadera mina de oro con el Covid 19

Por Jesús Sánchez Ramírez

Vaya inicio de semana movidito que hemos tenido gracias al coronavirus Covid 19. Y es que el titular de educación pública, Esteban Moctezuma Barragán anunció que se agregaban dos semanas al periodo vacacional de Semana Santa, con la recomendación de no tomar el periodo de asueto como tal, sino como una cuarentena para ayudar a inhibir la propagación del virus en comento.

Es de hacer notar que desde su aparición a finales del año pasado, en China, el coronavirus ha tenido un origen incierto, lo que ha desatado un sinfín de conjeturas que van desde la creación de un arma biológica de occidente contra oriente hasta una trampa financiera del presidente chino contra sus pares de Europa y Estados Unidos para hacerse del control de varias importantes empresas a nivel global.

Hasta un libro publicado a inicios de la década de los ochentas del siglo pasado ha sido mencionado, junto con un capítulo de la excéntrica familia Simpson. Lo cierto es que una vez más la realidad supera a la ficción. Pero, porque en todo hay un pero, más allá del mito, de la ficción y la banalidad tenemos un problema de salud pública mundial que si no es enfrentado como debe ser podríamos más tarde hablar de una pandemia de consecuencias catastróficas.

Y con esto, quiero ser claro en expresar mi desacuerdo con la política de besos y abrazos, amén de eventos masivos que sigue promoviendo el Presidente de la República, el ciudadano Andrés Manuel López Obrador. Porque en su afán de mantener su política populista contrasta con las recomendaciones del sector salud.

No es posible que abrace a todo mundo por igual exponiendo la mayor investidura del país. No toma en cuenta lo que ha pasado en naciones que obviaron las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud. Actúa con total indiferencia hacia las más básicas medidas de sanidad. Ojalá ya el subsecretario de Salud Hugo López Gatell lo siente ya. Digo, por el bien de todos.

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