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Todos tienen la culpa, hasta su burocracia

El pasado 6 de octubre, sí, hace casi un año, durante una gira de trabajo que realizó el presidente López Obrador por Oaxaca, en la comunidad de Santiago Juxtlahuaca afirmó que estaba en deuda con la gente que debió recibir su dinero, obtenido en las subastas de artículos incautados, pero que no había cumplido por culpa de la burocracia.

Le dijo a esa pobre gente que confió en él y le dio su voto el 1 de julio de 2018 esperanzada por las promesas de que recibirían ayuda económica, que las trabas burocráticas del Gobierno (su Gobierno) le han hecho «pasar vergüenzas» y agregó «tengo informes que nadie ha logrado cobrar esos apoyos».

En esta humilde comunidad, López Obrador recordó que al inicio de su administración, logró subastar bienes incautados y entregar los recursos obtenidos a las comunidades más pobres. Sin embargo, dijo, se estaba enterando que hasta esa fecha (6 de octubre de 2019) nadie había recibido ese dinero.

López Obrador atribuyó el atraso en la entrega de los recursos prometidos a dos municipios de la Montaña de Guerrero, obtenidos de una subasta, a la falta de una firma.

Estamos a punto de cumplir un año de esa gira y de esa explicación absurda. A la fecha se han registrado varias subastas más, la última este domingo 26 de julio, y hasta el momento nada se sabe del destino de los recursos obtenidos de la venta de casas, joyas, vehículos, jets, ropa y varios artículos más, producto del trabajo de la administración pasada, que realizó innumerables decomisos a narcotraficantes, o en las aduanas, porque en esta administración ni un clavo han quitado a los delincuentes o personas que introducen artículos de manera ilegal al país.

 

 

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