Columnas

Intensísima, la guerra de videos; ya salió hasta el hermano de AMLO

Por Jesús Sánchez Ramírez

Dicen que con la vara que mides serás medido. Pue’que sí, pero también pue’que no. ¿Por qué? Porque el golpe mediático depende de quien lo aseste, y la intensidad aplicada al mismo. O, como dijera el descuartizador, vayamos por partes.

El presidente Andrés Manuel López Obrador ha hecho de la lucha contra la corrupción el baluarte de su administración. Y es que mire usted querido lector, nunca va a ser lo mismo un video que incrimine a un adversario político a otro que involucre a cualquiera de los paladines que «luchan» por la democracia y contra el neoliberalismo.

Como todos sabemos cada administración pública federal tiene su distractor, su chivo expiatorio. Recuerden a Zedillo y al hermano del innombrable. A Fox y su némesis que actualmente duerme en Palacio; a Calderón y su adicción por desmantelar al país.

Y ni qué decir de Peña Nieto que mantuvo en prisión a Elba Esther por retirarle el apoyo del Panal antes de, ahora se sabe, comprar la Presidencia de la República, que no robarla. Y así llegamos a la actualidad con alguien que sabe de ligas, dinero y hasta de desafuero.

En esta administración ya también hay un villano favorito que no es otro más que el expresidente Peña Nieto. Sólo que él está más acorazado que el Potemkin y para acceder a su primer círculo hay que picar con fuerza.

Por eso la aprehensión de Emilio L., quien en un afán por librarla ha iniciado una denuncia de hechos en la que ha implicado a los últimos tres expresidentes, también al que inició la etapa neoliberal, a ex dirigentes partidistas, ex senadores y otros personajes de la política nacional. Todos, por supuesto, se han deslindado y desacreditado los dichos de un delincuente.

Y fue en este marco que se filtraron, primero, un video donde se observa a colaboradores de distinguidos panistas recibiendo paquetes con millones de pesos. Hasta se divulgó, quién sabe cómo, la denuncia de ERLA. Todo dicen, para que el pueblo conozca la corrupción de panistas y periodistas.

Todo iba bien hasta que Loret de Mola (por Dios, ¿Loret de Mola?), divulgó otro video en que se observa a Pio López Obrador recibiendo lo que Loret cree, era dinero. Sólo que, en este caso, nadie se deslindó ni corrió a nadie. No sé ocultó la entrega-recepción, sino que se conminó a los participantes a declarar al respecto. Tal vez si el denunciante hubiera sido otro, sólo entonces, tal vez, la denuncia habría tenido algún impacto. Pero no, se la dieron a Loret. (Por Dios, ¿Loret de Mola?).

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