Columnas

Los Calderón Zavala, su pasado los condena

Por Jesús Sánchez Ramírez

Todo el fin de semana anduve con el Jesús en la boca. Y no era para menos, pues desde el jueves se empezó a propagar el rumor de que dos parásitos más, perdón, dos fuerzas políticas más, serían autorizadas por el Instituto Nacional Electoral.

De la primera de ellas, de la que si ustedes me dan permiso, mejor hablamos en otra ocasión, no hay mucho de que hablar, pero de la otra, la de la Márgara y Gelipe, hay tanta sangre derramada que alcanza para reescribir la historia.

Seguramente usted tiene la sangre, perdón otra vez, el recuerdo fresco de tantos y tantos muertos en un fallido sexenio en el que, por desgracia, lo más notable fue la guerra contra el narcotráfico y la delincuencia organizada.

Lo que no sabíamos entonces es que el encargado por Gelipe CaldeRón estaba coludido, precisamente, con integrantes de un cártel de aquellos criminales a los que debía combatir.

Seguramente el michoacano creyó que con su gracejada de «haiga sido como haiga sido» ya tenía compradas la Presidencia de la República y la impunidad postsexenal. Craso error, y con la detención de García L. En Estados Unidos parece que su suerte ya está echada.

Mire usted, mientras el Sistema Nacional de Información reconocía hace poco 64 mil 786  muertes relacionadas con  la lucha contra el crimen organizado, datos periodísticos del portal Aristegui Noticias reportan  83 mil ejecuciones.

Y de acuerdo con una investigación del Semanario Zeta, presentada en el mismo sitio web, y titulada “El presidente de las 83 mil muertes”,  la periodista apuntó que en el sexenio se reconocen 203 mil 690 homicidios dolosos y culposos.

Detalló que 125 mil 090 homicidios doloso y culposos fueron clasificados por el gobierno federal  como “sin Datos” y “otros”.

¿Por qué? ¿Para qué? Pues para reducir de manera engañosa la cantidad de víctimas mortales. Del gran atraco a la nación con la extinción de la CFE y la entrega de la energía eléctrica a compañías extranjeras mejor, si usted me lo permite, hablamos en otra ocasión.

Mejor platiquemos de la Márgara siniestra y su nefando paso por la política nacional que, de por sí, es un abrevadero de corruptos y delincuentazos.

Seré breve. Después del desastroso sexenio de su marido, a Márgara alguien le vendió la idea de que ella podía ser mejor que el gris de CaldeRón. Y ella, tan ávida de poder se la creyó por lo que empezó a fraguar la idea de tener su propia franquicia política, por lo que pensó en un «México Libre».., pero para su beneficio personal.

Primer intento: la fallida candidatura independiente que logró en la pasada elección presidencial de 2018 se quedó en el baúl de los deseos reprimidos, pues la abandonó después de tanto trajín sin declinar a favor de alguno de los otros aspirantes.

Ahora, y luego de tantos rumores en que tanto ella como su príncipe consorte ya festinaban por adelantado, se impuso la cordura ante los consejeros del INE y su institución política habrá de esperar a que se aclare la opacidad de su financiamiento y a que se deslinde de la corrupta administración de su marido.
¿Podrá alguna vez hacerlo? Están tan llenos de tanta maldad y maledicencia que lo dudo.

Mientras, aplaudamos el no registro como partido de una institución de quienes, complacientes, prohijaron un narco-Estado hace no muchos años.

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