Cultura

Última Fila Teatro surgió en un momento de depresión

El suceso teatral que quieren representar radica en que vamos de lo particular a lo universal.

Llega a cinco años de que Roberto Belmont y Eduardo Gómez, dramaturgos, productores y directores teatrales, emprendieron una aventura en las artes escénicas al conformar Última Fila Teatro.

Roberto Belmont compartió que todo surgió en un momento de depresión, cuando Eduardo llegó con su libreta y le comentó: “Estoy deprimido, hagamos teatro. No soy poeta, pero sí teatrero, y quiero hacerlo con esto que estoy escribiendo”.

Así comenzó su camino, con Estudio de una depresión, obra que contó con el apoyo del Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico (PECDA) y fue escrita conjuntamente como catarsis, como terapia psicológica o una manera de sacar lo que en esos momentos vivía Roberto: la muerte de su padre y la depresión de su madre.

Manual para despedir el verano1

Resultó tener mucha luz, afirmó Eduardo, y aunque debieron rescribirla unas cinco veces —porque a veces les parecía demasiado oscura y depresiva para el público adolescente—, la transformaron en una “oda a la amistad y a poder vivir acompañados en momentos de depresión”.

Ambos dramaturgos coinciden en que la obra posee mucho ángel y ha movido cuantiosamente los sentimientos: “Queríamos decir a los adolescentes que la vida tendrá sus problemas y la pasarán mal, pero aun es bello vivir eso, es bonita y vale la pena. Al parecer, lo logramos”.

Un tren para luna

Estudio de una depresión participó en diversas muestras como la Estatal de Teatro de Aguascalientes y la Regional, luego, en la Nacional de Teatro de 2017; además, se ha presentado en Centros de Readaptación Social (CERESOS) y festivales de diferentes estados, siempre con un rotundo éxito a tres años de haberse estrenado.

A partir de ella, Roberto y Eduardo afirman que, junto con Mauricio Caballero —musicalizador en vivo de la obra—, Mariana Rosales y Carlos Rocha, encontraron la fórmula correcta para dirigirse a diferentes públicos, pues la visión de Última Fila es representar el entorno donde se convive y ser así la voz artística que refleje las relaciones humanas.

Un tren para luna2

Actualmente, la compañía tiene dos montajes adicionales: para teatro escolar escribieron Un tren para Luna —el cual se ha presentado en diferentes escuelas— y Manual para sobrevivir al verano.

En palabras de sus creadores, Un tren para Luna es un homenaje a los niños que fuimos y a los abuelos que conocimos o quisimos conocer más: “Buscamos contar historias honestamente desde nuestras vivencias, que sean como muy nuestras, de estas cosas que son tan particulares y nos conectan”, afirma Eduardo.

Un tren para luna1

“Todos hemos tenido abuelos, y la obra habla sobre saber despedir a las personas cuando mueren.  Esta obra estuvo dirigida principalmente a primaria mayor y secundaria”, agregó Roberto.

Actualmente, Última Fila, ahora integrada por siete personas, trabaja con Cartografía para seguir el ártico —la cual cuenta también con el apoyo del PECDA—, un montaje unipersonal en el que Roberto actúa, Eduardo se estrena como director y Mauricio Caballero compone la música original.

Cartografía para seguir el ártico puede ser considerada como una secuela porque se relaciona con la depresión, expresa Eduardo, pero ahora desde el punto de vista de los ataques de ansiedad, y se ve cómo una depresión puede ser tan diferente a los 15 años y a los 30. La obra, en este caso, está dirigida a los jóvenes.

Los dramaturgos, satisfechos y agradecidos por haber coincidido en tiempo y espacio con todos quienes forman Ultima Fila, platican que las cosas están dándose muy bien para la compañía. Confían en seguir sumando nuevos proyectos de la mano, “con propuestas que de lo particular se vuelvan universales”.

Fotos: Cortesía

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