Había desaparecido el pasado 27 de octubre; sólo tenían 12 y 14 años de edad, respectivamente.
La madrugada del 1 de noviembre, un hombre fue detenido en calles del Centro Histórico de la Ciudad de México, cuando transportaba en un «diablo» cajas de plástico y en su interior bolsas de color negro con restos humanos, poco después se supo que los cuerpos fragmentados pertenecían a dos adolescentes que fueron torturados y mutilados. Los menores fueron identificados como Alan Yahir y Héctor Efraín, de 12 y 14 años de edad, respectivamente.
Este miércoles, los restos de estos menores de edad fueron sepultados en la zona de Pueblo Nuevo, en Toluca, Estados de México, en medio de una nube de globos blancos, interminables aplausos y la demanda de justicia por parte de sus deudos.
Luego de que las autoridades realizaron la necropsia de ley y entregaron los cuerpos, sus familiares los velaron en su domicilio ubicado en la calle de Pensador Mexicano, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, hasta donde esta mañana llegaron decenas de mujeres, hombres y menores de edad, para formar una caravana y despedir a Alan y Héctor, hijos de comerciantes en el espacio público.
Familiares que no dieron el rostro por razones obvias, señalaron que estos dos adolescentes eran personas honradas y ayudaban a sus padres en la venta de artículos de temporada; los menores estaban desaparecidos desde la noche del pasado 27 de octubre, por lo que sus familiares habían acudido a la Agencia del Ministerio Público Cuauhtémoc 4, donde fueron turnados a la Fiscalía para personas desaparecidas.
Mencionaron que Alan y Héctor, acordaban verse por la noche para acompañarse y acudir juntos a vender dulces en diferentes calles, principalmente en Eje Central y Donceles, pero la noche del 27 de octubre pasado, ninguno de los dos chicos regresaron a casa, en la colonia Centro.
En cuatro días nada se supo de los menores, se intensificó su búsqueda en calles del Centro Histórico y la tragedia se supo con el hallazgo de sus cuerpos la madrugada del domingo 1 de noviembre.
Fue a las 3 de la madrugada del 1 de noviembre, cuando un hombre, hoy identificado como Edgar Zúñiga, empujaba un diablito en la calle República de Chile, casi esquina con Belisario Domínguez, cuando una de las cajas de plástico color café cayó y en su interior traía bolsas de plástico color negro; justo frente a policías de la Secretaría de Seguridad capitalina, que se acercaron a ver qué transportaba el hombre.
Al abrir una de las bolsas, los uniformados se percataron que en su interior había restos humanos por lo que procedieron a detener a Edgar Zúñiga, de 38 años, en las calles de República de Chile y Belisario Domínguez, colonia Centro, cuando manipulaba un diablito con cajas de plástico color café.
Los oficiales de la patrulla MX-414-C1 observaron que el sospechoso recogía las cajas de las cuales salieron bolsas negras y al acercarse lo entrevistaron y detectaron extremidades de un cuerpo humano.
El individuo fue arrestado y trasladado al Ministerio Público donde se inició la carpeta de investigación CI-FIEDH/2/UI-1C/D/00279/11-2020 por el delito de Homicidio Calificado.
El implicado fue trasladado al Reclusorio Preventivo Varonil Oriente el lunes por la noche, y se espera que un juez de control lo vincule a proceso y dicte la medida cautelar de prisión preventiva oficiosa.
Las víctimas eran hijos de indígenas de San Antonio Pueblo Nuevo en el Estado de México, vivían en una vecindad y se acompañaban para trabajar con sus padres que eran comerciantes ambulantes.
Los padres de Héctor creen que el horrendo crimen fue en venganza porque su hijo se comunicaba por mensajes de texto con una joven que le prometía una relación, y presuntamente competía con un vendedor de droga por el amor de esta mujer. Aunque también dijeron que sospechaban que los adolescentes habían comenzado a vender droga.
Con información de Noticias Rápidas
Fotos: Noticias Rápidas
