Metropoli

Adolescente asesinado soñaba con jugar en el equipo de futbol Cruz Azul

Sus compañeros lloran el aberrante crimen.

Sólo tenía 14 años de edad y un gran sueño: prepararse para algún día jugar en su equipo de futbol soccer favorito, el Cruz Azul. Nada de eso se cumplirá ya, gracias a la delincuencia que ha tomado el control de la Ciudad de México y sólo en 11 días ha torturado, asesinado y descuartizado a tres menores de edad, y  aunque detengan a los criminales, al día siguiente hay más en las calles pues muchos gozan de la protección de gente con poder.

Alessandro jugaba futbol desde niño, cuando mostró gran habilidad para este deporte por lo que sus padres lo apoyaron para que se preparara. Actualmente pertenecía al Club Deportivo Tlatelolco, donde tenía la posición de portero, y soñaba que en algún momento lo fichara para jugar con su equipo favorito.

Nada de esto será posible, los criminales no sólo acabaron con los sueños de este adolescente, sino también destruyeron una familia que ni hoy ni nunca encontrará consuelo por tan grande pérdida., mientras las autoridades redoblan esfuerzos para detener a los autores de este aberrante crimen.

Conforme han pasado las horas, las autoridades han ido liberando información y, de acuerdo a lo más reciente, Alessandro fue visto por última vez en calles de la colonia 20 de Noviembre, en la alcaldía Venustiano Carranza, donde, presuntamente, fue subido por la fuerza a una motocicleta, por varios jóvenes que lo amagaron.

Dice la autoridad que los presuntos secuestradores se contactaron con la familia para exigir 800 mil pesos, pero que de repente se cortó la negociación y no volvieron a comunicarse. La familia de Alessandro supo de él hasta el mediodía del 11 de noviembre, luego de que elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC-CDMX) hallaron una maleta con restos humanos: era el cuerpo del adolescente desmembrado.

Fueron sus compañeros del Club quienes acompañaron a los familiares del menor la noche de este miércoles, durante los servicios fúnebres; adolescentes que no podían creer que apenas unos días atrás lo habían visto y ahora yacía dentro de un ataúd. Adolescentes que se manifestaron para exigir justicia para su compañero de juego.

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En la sala de la casa que lo vio crecer, fue colocado el blanco ataúd, rodeado de arreglos florales y sobre él la camiseta del Club donde jugaba como portero.

Partía el  alma ver a los padres, a los compañeros de la escuela, a los compañeros del Club, llorar por la inexplicable muerte de un adolescente del que todos se refirieron que era «un chavo sano, sin vicios, sin malas amistades, entregado a la escuela y a su gran pasión, el futbol».

El velorio continúa en su hogar y mañana será el último adiós, momento que ni familiares ni amigos quieren que llegue, pero que es inevitable.

Fotos y video: Noticias Rápidas

 

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