Mujer

Tenía 24 años de edad y solo dos meses de capacitación policial; la acribilló un grupo de sicarios

Tenía carácter, disciplina y vocación para ser policía, sólo le faltaba la capacitación suficiente para enfrentar a la delincuencia que domina Veracruz.

ORIZABA, Ver.- Sólo tenía 24 años de edad, y unos cuantos meses de haberse graduado en la Academia de Policía de El Lencero, donde no recibió la capacitación suficiente ya que de siete meses que dura la instrucción policial, por la pandemia ésta fue reducida a solo dos meses y el resto de la formación se hizo en línea, pero eso no impidió que sus superiores de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) le asignaran operativos.

Ella es Rita Cecilia Romero, quien días atrás había participado en un operativo en Orizaba, junto con otros policías estatales, y habían puesto a disposición de la Fiscalía Regional a un presunto delincuente. Esa noche, antes de irse a dormir, Rita le confió a una compañera de la SSP, que tenía miedo.

La tarde del jueves 11 de febrero, Rita fue asesinada por un grupo de sicarios en las inmediaciones del Servicio Médico Forense. Junto con ella, dos policías estatales más resultaron asesinados y uno más herido de gravedad.

En los reproches hacia el estado, queda el sinsabor que a la Generación Covid le faltó tiempo de capacitación.

Diecisiete balas alcanzó Rita Cecilia a disparar antes de emitir el último suspiro, en la Academia de Policía de El Lencero, en la congregación de Actopan y en el Cuartel de San José de Xalapa le lloran.

Para muchos, Rita se convertirá en un ejemplo para las mujeres policías, quienes hoy se ven obligadas a seguir enfrentando a la delincuencia veracruzana en todas sus formas (rateros, sicarios, secuestradores, extorsionadores, narcomenudistas, feminicidas).

A decir de sus compañeros, Rita era seria, muy ordenada, en la Academia de Policía de El Lencero sus amigas recuerdan que, en ratos de ocio, mientras otras cadetes se divertían y no paraban de reír, Rita permanecía atenta a su adiestramiento y a su formación policial.

“Era tan seria que ni siquiera sabíamos a qué se había dedicado antes. Venía de la vida civil, pero era pura fibra esa mujer”, compartieron sus compañeros, quienes se graduaron con ella apenas en noviembre del 2020 y a quienes los mandos policiacos bautizaron como la Generación Covid, institucionalmente fue la generación XXIX.

Rita tenía el pelo castaño, ojos grandes y cejas largas, nariz ancha. Sin hijos, en sus días de descanso y en pleno frío utilizaba una pañoleta floreada de transparencias para cubrirse. Romero no esperaba la muerte, era soltera, en Xalapa dejó varios pendientes, neófita de los trámites administrativos y burocráticos, le había pedido a una amiga que le ayudara a hacer su declaración patrimonial. Rita Cecilia era oriunda de una comunidad de Actopan, pueblo que hoy está de luto. Sus amigas la recuerdan que en sus pruebas físicas no había nadie quien ganara.

Llegó a la policía porque como todos, por la situación económica y porque le llamaba la atención. Era muy seria. La número uno para correr, no había hombre o mujer que le ganara. Entre sus compañeros hay sentimientos encontrados; en noviembre y gran parte de diciembre, Rita Cecilia fue adscrita a tareas de prevención e inhibición del delito: A vigilar plazas comerciales durante El Buen Fin, y a vigilar boutiques y tiendas durante la etapa decembrina.

Algún rondín de rutina en alguna colonia de pandilleros en Xalapa, probablemente como mayor riesgo. “Tenía poco de haber llegado a Orizaba. Cayó en el cumplimiento de su deber, pero si te fijas, dio batalla, su arma estaba completamente desabastecida”, señalaron sus amigos policías, al ilustrar que el arma Glock estaba completamente vaciada.

 

Foto: Especial

 

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