Patricia Carrasco
En el tema del salario mínimo siempre hay muchas aristas para analizar, y diferencias entre los economistas y especialistas, así como un gran enojo de los obreros que ganan ese salario diario, a la fecha de 73.04 pesos diarios, y del resto de los trabajadores que en la mayoría de los casos perciben salarios bajos. Pero ahora, la Secretaría del Trabajo, sale con la supuesta novedad que si están dadas las condiciones para mejorar el poder adquisitivo de los trabajadores.
Inclusive se han realizado seis estudios sobre el tema, que coinciden en que este 2016 se podrá diseñar la nueva política para la recuperación del poder de compra de los salarios.
Ello, con base en los resultados de los estudios realizados por especialistas en la materia convocados por la Comisión Consultiva para la Recuperación Gradual y Sostenida de los Salarios Mínimos Generales y Profesionales, de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos.
También se mencionó que el incremento de los salarios debe ser sensible a la variación en los costos de vida indispensables de los trabajadores, como un elemento de justicia social.
Y ahora, Alfonso Navarrete Prida, urgió al Congreso de la Unión a aprobar, de ser posible en este periodo ordinario de sesiones, la nueva Unidad de Medida, ello con el fin de eliminar los obstáculos, como el llamado efecto faro, que impiden aumentar el salario mínimo.
Pues resaltó que “todavía al día de hoy con Reforma Constitucional, un aumento en el salario mínimo liga automáticamente el aumento en el pago de los créditos de vivienda, créditos en los pagos de ciertas tarjetas, multas, vacaciones, prestaciones, y en el Efecto Faro genera un efecto inflacionario que no compensa el aumento al mínimo que se está esperando”.
La STPS también insiste que están dadas las condiciones para mejorar el poder adquisitivo de los trabajadores, aunque precisa que mientras siga el llamado efecto faro de los salarios mínimos, se va a seguir contaminando y el resto de la política salarial del país.
El incremento al salario mínimo deberá ser convenido de manera tripartita, entre empresa, trabajadores y Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami), como lo determinó el grupo de expertos convocados por la Secretaría del Trabajo que analizan dicho aumento.
Pese a las críticas en contra de la política salarial del gobierno federal, Navarrete dejó en claro que al país le conviene que la población tenga poder de compra y la inflación controlada.
Navarrete Prida comentó una frase que siempre se repite ante los bajos salarios que se ganan en el país: la fijación de los salarios mínimos debe ser sensible a los costos de vida de los trabajadores como elementos de justicia social, partiendo de la canasta básica de satisfactores.
Los componentes indispensables para avanzar en la nueva política salarial del país, de acuerdo al funcionario, es preservar la planta laboral, aumentar la formalidad del empleo, conservar variables económicas sanas y una nueva unidad de medida que sustituya al salario mínimo como referente.
En la presentación de las conclusiones preliminares de los trabajos que realiza la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami) y la Comisión Consultiva para la Recuperación Gradual y Sostenida del Salario, adelantó que será el próximo 23 de junio cuando se presenten los resultados finales.
En esos análisis rigurosos, los especialistas participantes provenientes de los sectores académicos, público y privado y de organismos internacionales más reconocidos, establecen que hay tres prioridades para generar la revisión de los salarios y el establecimiento de reglas claras para la fijación de los montos.
En primera instancia es que todos coinciden en que los aumentos a los salarios mínimos debe ser por consenso tripartito (empleadores, trabajadores y autoridades) y que no se pueden decretar incrementos de manera unilateral.
En el Encuentro de Especialistas sobre Salario Mínimo organizado por la CONASAMI, participaron de 29 expertos instituciones académicas, como la UNAM, el COMEX, el CIDE, la UAM, el ITAM y de organismos internacionales como el Banco Mundial y la OIT, así como el Banco de México y el CONEVAL.
Además, el estudio ‘Inflación y salario mínimo’ de Banxico señala que si el salario mínimo aumenta de su nivel actual, que es de 73.04 pesos diarios, a 89 pesos diarios, que es la cantidad que se requiere para alcanzar la Línea de Bienestar Mínimo del Coneval, la inflación se incrementaría en 3.3 puntos porcentuales.
Si la inflación era de 3 por ciento antes del aumento al salario mínimo, tras el alza salarial que sería de 21.7 por ciento, la inflación se situaría en 6.3 por ciento y aunque en un inicio su efecto en la inflación se desvanecería, tendría un efecto importante sobre la estabilidad de los precios en el largo plazo.
De ahí que el funcionario federal aseguró que mientras se tenga el efecto faro que señala el estudio de Banxico, de que un escenario de aumento de 21.7 por ciento al salario mínimo generaría 3.3 puntos porcentuales adicionales a la inflación esperada, lo que se observaría en el mercado es un «golpe» al poder adquisitivo de los trabajadores del resto de la cadena económica.