Elevar el valor nutricional de la comida tradicional mexicana fue el objetivo de estudiantes del Instituto Politécnico Nacional (IPN), al elaborar una sopa de tortilla reducida en grasa y enriquecida con fibra proveniente del nopal, así como con una proteína obtenida a partir de la harina de haba, ingredientes que en conjunto elevan la calidad del producto que, por ser instantáneo, puede consumirse en cualquier momento.
La sopa de tortilla originaria de Tlaxcala se consume desde la antigüedad como parte de la dieta mexicana. Tomando en cuenta los altos índices de obesidad en México, los jóvenes de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas (ENCB) modificaron la receta ancestral, compuesta principalmente por tiras de maíz fritas, que sustituyeron por fracciones horneadas preparadas con harinas de maíz nixtamalizada, nopal y haba.
Los estudiantes de Ingeniería Bioquímica, Iván Ábrego Chávez, César Farid Frías Navarro, Diana Gissel Javier Montalvo, Erik Eduardo Núñez Meléndez, Martha Alejandra Oliva Nava y Adriana Pérez Sánchez, subrayaron que debido a la vida acelerada de la ciudad es importante generar nuevos alimentos y adaptarlos al consumo rápido, que sean fáciles de preparar y al mismo tiempo aporten nutrientes.
Señalaron que, gracias al práctico empaque, el alimento se puede transportar fácilmente. “Queremos diversificar este producto de bajo valor calórico a todos los sectores de la población y hacerlo llegar al mayor número posible de personas”, acotaron.
Lograr la textura y consistencia adecuadas requirió de un proceso meticuloso, realizaron diversas formulaciones para determinar el contenido exacto de cada una de las materias primas, así como los condimentos adecuados para que tuviera buena aceptación.
Luego de realizar diversos ensayos, los creadores de la sopa seleccionaron cuatro recetas, con las cuales realizaron pruebas sensoriales, la de mayor aceptación será la que más adelante planean comercializar, a través de una microempresa que pretenden conformar con el apoyo del Centro de Incubación de Empresas de Base Tecnológica (CIEBT) del IPN.
Para empacar la sopa utilizaron glass-poli-foil, que es un envase de alta protección y fácil abertura para productos higroscópicos (con capacidad para absorber humedad del medio). El material tiene una película de aluminio por dentro.
El envase tiene la ventaja de ser impermeable a grasas, oxígeno y humedad. Permite empacar el producto al vacío y conservar sus propiedades organolépticas. El producto no contiene conservadores, su vida promedio de anaquel es de 3 a 6 meses y sólo basta agregarle agua para degustarlo.