Enmarcada por los murales de Tamayo, Orozco y Diego Rivera, una gran imagen del cantante y compositor Juan Gabriel (Parácuaro, Michoacán, 7 de enero, 1950 – Santa Mónica, California, EU, 28 de agosto, 2016) colocada en el vestíbulo del Palacio de Bellas Artes recibió a personas de todas las edades y estratos sociales de México quienes acudieron a dar el adiós a las cenizas del artista que llegaron al recinto en el corazón de la ciudad de México este lunes 5 de septiembre a las 15:45 de tarde.
Miembros de la comunidad artística y cultural de México, niños, jóvenes, padres de familia, adultos mayores acudieron al recinto cultural más importante de México a homenajear al hombre nacido en Michoacán con el nombre de Alberto Aguilera Valadez y que por más de cuatro décadas construyó uno de los legados musicales populares más entrañables de la nación que logró trascender ámbitos, géneros, estilos, idiosincrasias y fronteras.
El secretario de Cultura, Rafael Tovar y de Teresa, expuso que el legado musical del cantante y compositor es un hecho cultural sin precedentes por ser un artista que se conecta con la colectividad mexicana a través de 1,800 canciones que mostraron el modo de sentir de los mexicanos.
Rafael Tovar y de Teresa dijo que las canciones de Juan Gabriel dialogan y platican con quien las escucha, y fue eso lo que se vinculó más profundamente con sus seguidores, de quienes se esperaban que superaran el millón de personas pues alrededor de las 21:30 horas se anunció que las puertas del Palacio de Bellas Artes permanecerían abiertas durante la noche.
En la primera guardia de honor ante las cenizas del cantante estuvieron presentes el secretario de Cultura, Rafael Tovar y de Teresa, quien acompañó al hijo del cantante Iván Aguilera y Jesús Salas, representante de Juan Gabriel, así como María Cristina García Cepeda, directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes.
Al entrar al Palacio de Bellas Artes en una procesión que fue acompañada por el canto y los vítores de decenas de miles de personas apostadas afuera del recinto, las cenizas de Juan Gabriel fueron recibidas por los acordes del Mariachi de Mi tierra y el Mariachi Gama Mil, que acompañaron al cantante por muchos años de su carrera, y el tenor Fernando de la Mora, quien interpretó en el vestíbulo de Bellas Artes temas emblemáticos del compositor como Amor eterno, con que abrió el Homenaje mientras que Aída Cuevas cantó Te sigo amando.
Decenas de miles de personas ingresaron en ordenada fila al Palacio de Bellas Artes por la puerta poniente para dar el último adiós a su ídolo con flores, estampas religiosas, cartas, discos, dibujos de niños, letreros con frases entrañables y fotografías de diversos momentos de la carrera del cantante.
Afuera, como parte de este homenaje organizado por la Secretaría de Cultura y que durará hasta el martes 6 de septiembre, se ofreció en un gran escenario un espectáculo en el que el programa está integrado por artistas como la Sonora Santanera, Lucía Méndez, Pablo Montero, Alejandra Ávalos, el coro del Teatro de Bellas Artes y la Orquesta Sinfónica del Estado de México.
En las inmediaciones de la Alameda Central y en el corredor Ángela Peralta, en el costado poniente del Palacio de Bellas Artes, se colocaron 12 pantallas de alta definición para que más personas dieran seguimiento al homenaje.
Hacia las 23:30 horas de la noche de este lunes, en el costado poniente del Palacio de Bellas Artes, continuaban formadas en cuatro filas los cientos de personas que llegaban hasta donde termina la Alameda Central, a unos pasos de la Avenida Paseo de la Reforma, mientras una quinta fila se extendía sobre Avenida Hidalgo y daba vuelta sobre Eje Central hacia la parte frontal del coloso de mármol.
Aplausos, lágrimas, porras, improvisadas interpretaciones de seguidores, algunos vistiendo reproducciones de sus atuendos, se prolongaron ya hacia la medianoche en esta demostración masiva de júbilo, de un sociedad que tributó así a un compositor y cantante que supo representarla y en agradecimiento al artista por el legado musical que deja a México y al mundo.