La Caravana de Madres de Migrantes Centroamericanos Desaparecidos en México visitó la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, como parte del recorrido que hicieron por el país en busca de sus familiares.
Al ser la IBERO el enlace en la capital del país, la visita se hizo a través del Dr. Javier Urbano Reyes, coordinador de la Maestría en Estudios sobre Migración, y de sus estudiantes que desde hace ocho años apoyan de manera voluntaria a la caravana.
Mujeres de Honduras, El Salvador, Guatemala y otros países de Centroamérica agradecieron a los 120 alumnos y alumnas de la IBERO que han apoyado su causa el solidarizarse y sentir el dolor que ellas sufren. “En cada uno de ustedes nosotros vemos también a nuestros hijos. Recibimos de parte de ustedes el calor, el amor, el abrazo, la palabra que no hemos tenido de nuestros hijos durante este tiempo”, expresó la señora María Elena, madre salvadoreña que busca a su hijo desaparecido desde el 2006.
La señora Toribia Meza, de Honduras, compartió su gratitud por las cartas que a su llegada a México recibieron de parte de las y los estudiantes universitarios; misivas que consideró un gesto muy lindo. “Yo busco a mi hermano que hace 28 años desapareció, y esa carta me alegra mucho haberla recibido, porque en ese tiempo que mi hermano se fue nos hubiera podido mandar una carta; y ustedes nos lo han expresado como que ese hermano mío me la ha dado”.
Ellas fueron sólo dos del medio centenar de mujeres -y algunos hombres-, integrantes de la XII Caravana de Madres Centroamericanas Buscando Vida en Caminos de Muerte, que compartieron en la IBERO su testimonio y de la desaparición de sus seres queridos, ante la presencia del alumnado, académicos y representantes de la prensa nacional e internacional que acompañaron al grupo en busca de sus familiares, en su recorrido por Tamaulipas, Sonora, Zacatecas, San Luis Potosí, Irapuato, Guanajuato, Querétaro y la Ciudad de México.
Cabe resaltar que antes de la llegada a la Iberoamericana, cuando se llevaban once días de recorrido, se tuvieron cuatro reencuentros: uno en Tapachula, Chiapas; dos en Amatlán de los Reyes, Veracruz (bastión de Las Patronas, donde se localizó a un par de hermanas que llevaban 37 años desparecidas); y uno en un reclusorio en Zacatecas (donde una madre ubicó después de cuatro años a su hija). “Esto es una fortuna para nosotros, es mucha emoción, y esto nos da mucha fuerza para continuar”, destacó Ana Enamorado, integrante del contingente.
Como parte de su agenda en la CDMX, la Caravana de Madres de Migrantes Centroamericanos Desaparecidos en México presentó 23 denuncias ante la Fiscalía Especializada en Delitos contra Migrantes, visitó la Basílica de Guadalupe para encomendarse a la Virgen, asistió al Museo Casa de la Memoria Indómita, participó en el proyecto Huellas de la Memoria en el Centro Nacional de las Artes y tomó parte en una marcha en contra de los feminicidios.
Durante la visita a la Universidad Iberoamericana también se presentó el libro Pisa y corre, el cual es una recuperación de la historia de la caravana centroamericana. “Explica las experiencias que se vivieron y los testimonios que fuimos encontrando”, dijo su autor Iván Gómez, académico de la Universidad Francisco Gavidia de El Salvador.
Estado debe reunificar a migrantes con sus familiares
El Dr. Javier Urbano Reyes, docente del Departamento de Estudios Internacionales de la IBERO, dijo que de acuerdo con el Movimiento Migrante Mesoamericano los desaparecidos son entre 60 mil y 70 mil.
Y enfático señaló: “Si el Movimiento Migrante Mesoamericano ha reunificado a más de 260 familias, quiere decir entonces que el Estado podría hacer mucho más de lo que está haciendo; y no está haciendo nada. Tenemos que denunciarlo constantemente. Por qué la sociedad civil sí está pudiendo reunificar, encontrar desaparecidos, y porqué el Estado no está pudiendo o no está queriendo hacerlo”.
Asimismo, el investigador destacó varios pendientes en torno a los migrantes. Se debe denunciar la constante ola de xenofobia en México, misma que debe parar de una vez por todas; el gobierno debe atender todas las denuncias de extorsiones, desapariciones, agresiones, mutilaciones y secuestros que sufren los migrantes en el sur y sureste de México; y la sociedad mexicana, en muchos casos indolente, debe solidarizarse y ser empática con las personas migrantes y sus familiares que les buscan.
También hay que luchar por el derecho a no migrar, es decir, promover condiciones de desarrollo en los países de Centroamérica; armonizar la normatividad en la región para que los delitos derivados de la violencia contra migrantes, como el de trata, se castiguen de manera regional y no diferenciada en cada país; retomar la idea de que diversidad y diferencia son una riqueza social; y tener una política pública que integre eficientemente a los migrantes que decidieron quedarse en México, porque no pudieron seguir hacia Estados Unidos, formaron familia en nuestro país o cualquier otra razón.
A las y los integrantes de la caravana que visitaron la IBERO, Urbano Reyes les agradeció su presencia y les reiteró la solidaridad de él, sus alumnos y de la Universidad. “Queremos ver a sus hijos, igual que ustedes, porque también son nuestros hijos. Y por tanto, lo que les duele a ustedes nos duele a nosotros”.