DE REPORTEROS

La charrería ya es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad

Esta semana que recién terminó la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés) hizo una declaratoria para que la Charrería, deporte nacional mexicano, pase a ser Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Un total de 24 países, representados en la XI Sesión del Comité lntergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, en Addis Abeba, Etiopía votaron a favor para que se diera esta declaratoria.

Luego de un proceso de elaboración y evaluación de cinco años y gracias a las gestiones realizadas por la Secretaría de Relaciones Exteriores y la Secretaría de Cultura del Gobierno de la República, a través del INAH, así como de la comunidad portadora, “La Charrería, tradición ecuestre en México” fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, lo que la convierte en la octava manifestación cultural viva de México que recibe esta distinción.

La inscripción fue aprobada durante 11ª Sesión del Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, misma que se celebra actualmente en Addis Abeba, Etiopía, sobre la base del sólido expediente preparado de manera conjunta por el INAH y la Asociación Nacional de Charros, y que logró la aceptación unánime por parte de los miembros del Comité, conformado actualmente por: Afganistán, Argelia, Armenia, Austria, Bulgaria, Chipre, Colombia, Côte d’Ivoire, Cuba, Etiopía, Filipinas, Guatemala, Hungría, India, Líbano, Mauricio, Mongolia, Palestina, República de Corea, República del Congo, Santa Lucía, Senegal, Turquía y   Zambia.

El expediente, resultado de una amplia investigación documental y de campo, describe a la Charrería como un claro ejemplo de la diversidad de las expresiones culturales que surgen a raíz del encuentro de las culturas que dan origen a México, y cuyo nacimiento se remonta al siglo XVI cuando, como resultado del establecimiento y auge de las haciendas ganaderas en el centro y norte de México, surge la necesidad de convivencia entre los vaqueros de las diferentes fincas al reunirse para inventariar y marcar el ganado de cada propiedad, convirtiendo a las faenas de campo en motivo de coexistencia y articulación social, siendo el origen de una escuela ecuestre mexicana que permitió manejar el ganado mientras se montaba a caballo y que se distinguía, entre otras cosas, por el uso de la silla de montar y la reata, utensilio esencial para lazar al ganado.

Actualmente, la Charrería se practica en México a través de casi 2,000 eventos anuales en los que participan alrededor de 1,000 asociaciones charras existentes. No menos importante es señalar que su práctica se ha difundido en los Estados Unidos de América, en donde se encuentran 184 comunidades charras distribuidas en 13 estados, a saber, Arizona, California, Colorado, Idaho, Illinois, Kansas, Nebraska, Nevada, Nuevo México, Oklahoma, Oregon, Texas y Washington.

La Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial fue adoptada en 2003 y tiene cuatro objetivos principales:

La inscripción de la Charrería permitirá una mayor difusión de los objetivos de la Convención, así como la vinculación de los valores que promueve la charrería con el Patrimonio Cultural Inmaterial en general y se garantizará su transmisión a las siguientes generaciones al permitir la creación de nuevos espacios para la práctica de la charrería de manera colectiva e individual.

De esta forma, México cuenta con un total de ocho inscripciones en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial, con lo que el Gobierno de México refrenda su responsabilidad con la salvaguardia, preservación y revaloración de las tradiciones mexicanas que conforman nuestra identidad cultural.

Como país líder en materia de inscripciones en las Listas de Patrimonio de la UNESCO, México seguirá abogando por fortalecer el régimen internacional de protección de los diversos sitios y expresiones culturales designados como Patrimonio de la Humanidad, su transmisión a las generaciones futuras en óptimas condiciones de preservación y una mayor difusión para favorecer un mejor entendimiento de nuestros valores e identidad cultural y promoción de un diálogo intercultural a favor de la paz y el desarrollo.

Foto: Rodrigo Cervantes

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