Ciencia y tecnología

TRAPPIST-1: ¿Un sistema solar con planetas habitables?

Existen miles de millones de sistemas solares girando alrededor de estrellas del tipo de TRAPPIST-A

En días recientes fue dada a conocer la confirmación de la existencia de TRAPPIST-1, un sistema solar con siete planetas. Tres de estos planetas poseen dimensiones muy semejantes a la Tierra y se encuentran localizados en zonas habitables.1 La estrella central del sistema es una enana roja llamada TRAPPIST-A, la cual es de un tamaño similar a Júpiter y se ubica a 49 años luz de distancia de nuestro planeta. Si hoy se enviará una señal inteligente a este sistema y se respondiera de inmediato, conoceríamos la respuesta en el año 2115.

A pesar de que un viaje a TRAPPIST-1 implica retos técnicos insuperables en el corto plazo, los instrumentos astronómicos actualmente disponibles son suficientes para responder importantes preguntas referentes a la posibilidad de encontrar vida fuera de la Tierra.

Un caso semejante fue conocido a nivel internacional en el año 2016, cuando un planeta localizado en zona habitable fue descubierto a tan sólo 4.4 años luz de nuestro sistema solar.2

El hallazgo de TRAPPIST-1 resulta aún más impactante, puesto que la posibilidad de que en un futuro la humanidad encuentre destinos habitables alrededor de estrellas enanas rojas comienza a tomar forma. TRAPPIST-A tiene una vida estable de millones de millones de años debido a que sus reacciones nucleares se desarrollan lentamente. En comparación, nuestro Sol entrará en una fase inestable dentro de unos cuantos miles de millones de años, se convertirá en una estrella gigante y consumirá a la Tierra de manera definitiva.

Los posibles viajes interplanetarios dentro del sistema TRAPPIST-1 corresponden a escalas muy diferentes a las que estamos acostumbrados en la Tierra. Con la tecnología actual, una misión tripulada Tierra-Marte requerirá cerca de seis meses de travesía. En contraste, un viaje entre TRAPPIST-D y TRAPPIST-E (tercero y cuarto planetas del nuevo sistema), únicamente tomaría alrededor de diez días, tiempo ligeramente superior al empleado en los viajes de la Tierra a la Luna realizados hace más de 40 años.

La cercanía entre planetas implica enormes facilidades para intercambiar recursos y adaptar mundos a las condiciones ambientales necesarias para su viabilidad. Es también interesante observar que si los siete planetas se encontraran alineados en algún momento, la distancia entre ellos sería apenas de una décima parte de la distancia de la Tierra a Marte. En un poco más de un mes se podrían recorrer todos… un verdadero banquete para cualquier astronauta.

Las enanas rojas son significativamente más comunes que las estrellas amarillas del tipo de nuestro Sol. La aritmética referente a las probabilidades de vida en nuestra galaxia ha debido de revisarse críticamente en virtud de las nuevas observaciones. Los cálculos actualizados conducen a la conclusión de que existen miles de millones de sistemas solares girando alrededor de estrellas del tipo de TRAPPIST-A.

La capacidad de desarrollo de la vida en planetas cercanos a las enanas rojas es tema de un encendido debate. Al igual que en Próxima B, los planetas de este sistema solar requieren de elementos de defensa contra vientos solares y radiación ultravioleta semejantes a la capa de ozono y a la magnetósfera terrestres. Sin estos elementos sería imposible el desarrollo de vida parecida a la nuestra en sus superficies.

Numerosos observatorios dedican grandes esfuerzos para obtener información detallada sobre las características atmosféricas y geológicas de cada planeta en búsqueda de evidencias de habitabilidad y de posible vida. Muy probablemente tendremos datos decisivos sobre este punto antes de que finalice la presente década.

La observación de este sistema solar trascenderá al punto de ocupar un lugar de privilegio en las clases de ciencias naturales. Nuevos ejemplos, estimulantes e imaginativos podrán ser incluidos en los libros de Física.

Cálculos representativos, útiles para establecer los órdenes de magnitud de cantidades tales como la temperatura y la duración del año en los planetas del sistema TRAPPIST-1 serán realizados por estudiantes de preparatoria, y alentarán al estudio de problemas relacionados con la mecánica celeste fuera de nuestro sistema solar.

Los aspectos geológicos y evolutivos de los posibles ecosistemas darán material de análisis a generaciones enteras de futuros biólogos y exploradores espaciales.3 El género humano ha vuelto a mirar hacia las estrellas, y comienza a establecer rutas certeras para alcanzar respuestas a preguntas fundamentales sobre su origen y destino.

Referencias:

  1. A. Witze, “These seven alien worlds could help explain how planets form”, Nature News, Feb 22, 2017. http://www.nature.com/news/these-seven-alien-worlds-could-help-explain-how-planets-form-1.21512
  2. A. Sandoval-Villalbazo, “Próxima B, un planeta semejante a la Tierra en nuestra galaxia”, Prensa Ibero, Ago 30, 2016.http://www.ibero.mx/prensa/pr-xima-b-un-planeta-semejante-la-tierra-en-nuestra-galaxia
  3. G. Popkin, “What it would take to reach the stars”, Nature News, Feb 1, 2017.http://www.nature.com/news/what-it-would-take-to-reach-the-stars-1.21402

 

 

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