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La reconstrucción tras una catástrofe no necesita caridad sino calidad profesional

La clave de la reconstrucción está en la creación de un sistema abierto que permita resolver las necesidades básicas en un primer momento pero con vistas al futuro.

Alejandro Aravena, arquitecto chileno, señaló que construir espacios públicos como escuelas, hospitales, edificios de la policía y bomberos, entre otros, deben ser hechos con soportes aislados que permitan mantener la construcción en pie al segundo inmediato de haber concluido un sismo.

El ganador en 2016 del Premio Pritzker, el principal reconocimiento de arquitectura en el mundo, enfatizó que la reconstrucción después de una catástrofe no necesita «caridad sino calidad profesional» para dirigir los recursos a las necesidades de corto y largo plazo, en referencia a los recientes sismos ocurridos en México.

Aseguró que nuestro país puede revertir errores y garantizar espacios seguros tras los sismos de septiembre 7 y 19, y subrayó que para que las víctimas de los terremotos en México no sean «muertes en vano», las autoridades y la sociedad deben tomar la lección y hacer una reconstrucción con vistas al futuro y a posibles movimientos telúricos.

Dijo que la clave de la reconstrucción está en la creación de un sistema abierto que permita resolver las necesidades básicas en un primer momento pero con vistas al futuro. «No tiene ningún sentido volver a reponer aquello que falló si no haces en este momento el salto de transferencia tecnológica», apuntó.

Luego de dar su punto de vista sobre los recursos que las autoridades y privados han destinado a la reconstrucción el especialista citó que nunca habrá dinero suficiente para atender una contingencia, y sugirió que en primera instancia se debe mantener la paz social, por ello, su recomendación es que en un albergue no permanezcan más de 25 familias.

Comentó que después de los sismos del 7 y 19 de septiembre en México, su participación en las labores de reconstrucción se está dando a través de la iniciativa privada y fundaciones, quienes se acercaron a él para pedir asesoría técnica para la reconstrucción.

Agregó que, aun cuando suene como una frase trivial, las crisis en realidad son oportunidades para crecer, para cambiar, para hacer y dejar las cosas mejor de lo que se encuentran.

Aravena considera que es necesario ofrecer espacios habitables que cuenten con un mínimo de 70 y 80 metros cuadrados.

 

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