Por: Delio Dante López Medrano /Latitud Megalópolis
En estos días se actualizó el informe que había elaborado el Centro Nacional de Información (con corte de las cifras al 30 de septiembre de 2017) del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, lo que arrojó que al mes de noviembre de 2017, en nuestro país, se habían cometido 23,101 homicidios dolosos. Dato que llevó inmediatamente a catalogar dicho año como el más violento en los últimos veinte años. Porqué en los últimos veinte años, porque no se cuentan con cifras confiables antes de 1997, no por otra razón.
A partir de las cifras dadas a conocer por el Centro Nacional se pueden realizar varias lecturas, por ejemplo podemos decir que desde el sexenio de Ernesto Zedillo hasta a mediados del sexenio de Felipe Calderón había una cifra casi constante, en número cerrados –si es que con este tipo de datos se puede hacer semejante aberración, pero valga para un análisis breve-, que oscilaba entre 10,000 a 16,000 mil muertes violentas al año. Es a partir de la segunda mitad del sexenio de Calderón que la cifra llega a los 20,000 mil muertos al año (nuevamente en números cerrados), en el 2010 alcanza los 20,680. A partir de ese año tenemos únicamente tres años en que las cifras bajan de los 20 mil, que fueron 2013, 2014 y 2016, con un dos mil catorce excepcional –con relación a estos años- pues se contabilizaron 15,520, no obstante a partir de 2016 nuevamente se rebasó la cifra de los 20 mil muertos, hasta llegar a la cifra record.
En otra lectura, si consideramos la cifra total de muertes violentas en los últimos veintiún años (332,624) y las promediamos, tendremos que de Zedillo a Peña Nieto, pasando por Fox y Calderón, se cometieron 15,840 homicidios violentos al año.
Si realizamos un corte por sexenio se observa que el de Vicente Fox fue el menos violento (¿?) con un promedio anual de 12,398, cifra nada menor.
Se dice que los extremos se juntan, esta sería la lectura desde una mirada a partir de los ejes de seguridad que plantaron los dos últimos gobiernos en sus respectivas estrategias respecto del tema de la Seguridad Pública: el Combate Frontal a la Delincuencia de Calderón y el México en Paz de Peña Nieto. Extremos, que por lo que se aprecia fracasaron, habrá que buscar nuevos caminos y no estoy muy seguro que esa tercera vía lo sea el justo medio entre los dos planteamientos sexenales que hemos vivido con violencia, en ocasiones extrema y cruel, pues como vemos arrojaron los mismos resultados.
No podemos dejar de subrayar que en todos los sexenios las cifras son muy altas, no se vislumbra el camino que se pueda seguir para atender este problema, y peor aún, todo parece indicar que de seguir por esta ruta el problema cada día se seguirá agravando, pues como todos hemos visto o experimentado, la violencia homicida ha alcanzado a todo el país, inclusive ciudades y pobalciones que parecían ajenos a este fenómeno hoy lo empiezan a ver como algo normal, que es el peor de los caminos.
FUENTE: Latitud Megalópolis QUE ADEMÁS TE PRESENTA UNA NUEVA SECCIÓN
