El petate era matrimonio y mortaja cama en el hogar y al morir envoltorio del cuerpo del difunto degradado junto con él nutriendo la tierra
Quedan pocos días para admirar Tejiendo identidades. Fuerza transformadora, una exposición que ofrece al público el trabajo con agaves, la palma, el bejuco y otras fibras vegetales realizadas por artesanos mexicanos, para ser convertidos en bellos objetos gracias a la destreza, creatividad y paciencia de sus manos.
Esta muestra, un esfuerzo conjunto por parte de la Secretaría de Cultura federal y la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, expone así una de las actividades más antiguas y arraigadas en nuestro país: la cestería, la cual se especula surgió antes de la creación de la cerámica, e incluso, antes del desarrollo de la agricultura.
La exposición se exhibe en la Galería Acuario de las Rejas de Chapultepec, sobre Paseo de la Reforma, y está integrada por los trabajos de los ganadores y menciones honoríficas del Séptimo Concurso Nacional de Fotografía Tejiendo la naturaleza: Las fibras vegetales de México, organizado en 2015 por la Dirección General de Culturas Populares, Indígenas y Urbanas (DGCPIU) de la Secretaría de Cultura federal.
Además de tener un uso ornamental y cotidiano, algunos de los objetos plasmados en esta exposición, entre ellos canastas, sombreros, petates, chiquihuites, petacas y arcos florales, guardan un motivo festivo, ceremonial e incluso místico. En estas imágenes se expone la riqueza de técnicas manuales, el aprovechamiento de la flora de la región y la diversidad estética plasmada en procedimientos que datan, algunos, de hace miles de años.
Al respecto, la etnóloga Amparo Rincón Pérez, Jefa de Arte Popular de la DGCPIU, explicó que el propósito de esta selección es, además de difundir el arte popular mexicano, que el visitante conozca y revalore el patrimonio artístico de nuestro país.
“Las fibras naturales son la forma más sublime del arte popular, pues además de ser un material biodegradable, con ellas es posible crear obras a partir de lo que la naturaleza nos brinda. Es una invitación a recuperar nuestra cultura, nuestras técnicas tradicionales y a que se consuma lo hecho en México”, apuntó.
Del fotógrafo Edmundo Kossio Acuña, ganador del Primer Lugar del concurso, se presenta la serie Cestería seri. Considerada una de las más finas del país, el trabajo artesanal realizado desde la época prehispánica por la tribu Comcaác del desierto de Sonora no sólo guarda un significado ornamental y doméstico, sino que la elaboración de algunos de sus objetos se acompaña de ritos y festejos. Es el caso de las coritas (cestos o canastas en forma de plato) hechas de las ramas del arbusto llamado torote prieto.
Según Rincón Pérez, “el torote, como materia prima para la fabricación de objetos artesanales, fue descubierto por los Comcaác. Ellos se dieron cuenta que calentando la rama se podía desgajar y ser hilada. Después de su recolección, hecha en periodos de luna llena, a esta fibra espinosa se le quitan todas las impurezas, se le tatema para que adquiera flexibilidad y, con los dientes, son extraídos los hilos que se emplearán después para la confección de las coritas”.
Agregó que durante la elaboración de estas piezas –tejidas con las manos y la ayuda de un punzón de hueso de venado–, “las mujeres cantan y rezan para alejar las malas vibras y para que el trabajo no tenga defectos, pues de lo contrario simboliza mala suerte”.
En ellas también se alude con dibujos a divinidades antiguas, por ejemplo el venado o la mariposa, que simboliza la libertad y la transformación; o las montañas, elemento que personifica la vida y provee la materia prima. Al término de la confección se lleva a cabo la Fiesta de la canasta en honor a la artesana, donde se celebra con música, danzas y comida su logro y esfuerzo.
Durante este recorrido visual, los visitantes también descubrirán las obras artesanales provenientes de los agaves, como en la serie fotográfica de la ganadora del segundo lugar, Laura Alejandra Jalil Álvarez. En este conjunto se da cuenta del trabajo de los artesanos del pueblo de Tecoh, en Yucatán, quienes trabajan con el henequén –Ki en lengua maya–, planta originaria de este estado del país con la que se fabrican hamacas, cuerdas, bolsas, morrales, manteles y alpargatas, entre otros productos, y que alguna vez fuera llamada oro verde.
Otro de los trabajos expuestos en esta muestra son los arcos florales de cucharilla, otra más de las muchas especies de agaves existentes en México, los cuales tienen un uso ritual en las fiestas patronales de algunas comunidades. Los habitantes los elaboran como ofrendas para los santos en símbolo de gratitud y devoción, o para fomentar la unión y la convivencia entre los pobladores.
Fernando Ángel Soto Vidal, ganador del tercer lugar, muestra en sus fotografías el proceso creativo de los arcos florales de Zacatepec de Hidalgo, Morelos, donde se puede ver desde cómo se le extrae el corazón a la planta de la que surgen flores blancas en forma de cuchara, hasta la participación de los artesanos en la construcción de las piezas monumentales y su colocación en las portadas de las iglesias.
Cabe destacar el trabajo de las menciones honoríficas, en cuyas imágenes se ven plasmados otros procesos de confección de objetos típicos mexicanos. Uno de ellos es el petate, del municipio de Zautla, Puebla. Regularmente hecho de palma, el petate o estera tiene un significado muy especial para los pueblos originarios. “Este objeto era matrimonio y mortaja, cama en el hogar y, al morir, envoltorio del cuerpo del difunto, degradado junto con él, nutriendo la tierra”, concluyó Amparo Rincón.
Tejiendo Identidades. Fuerza Transformadora, estará expuesta hasta el domingo 11 de marzo en la Galería Acuario de las Rejas de Chapultepec (frente al Museo Nacional de Antropología e Historia).