La presencia femenina dentro del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) ha sido fundamental a lo largo de sus 79 años de existencia, algunas son formadoras de generaciones de investigadores, otras han establecido nuevas especialidades y algunas más ocupan altos cargos dentro de la función pública. A propósito del Día Internacional de la Mujer, la institución hace un amplio reconocimiento a su destacada contribución en favor del patrimonio cultural mexicano.
Alicia Barabas, Beatriz Barba, María Esther Acevedo, Noemí Castillo, Yolotl González, María del Consuelo Maquívar, Rosa María de Lourdes Márquez, Lorena Mirambell, Emma Pérez, Leticia Reina, María de los Ángeles Romero, María de Lourdes Suárez y Julia Tuñón, tienen dentro el INAH un lugar preponderante, ya que gracias a su labor todas han obtenido la distinción de investigadoras eméritas.
Beatriz Barba es considerada la primera mujer mexicana en titularse por la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), tiene una trayectoria de 60 años como maestra, antropóloga y arqueóloga. Su carrera la desarrolló en Tlapacoya y Tlatilco, Estado de México, y en el Valle de Guadalupe, Jalisco; además participó en la planeación del Museo Nacional de Antropología.
En este rubro de investigadoras eméritas, también destaca la trayectoria de Consuelo Maquívar, quien ha dedicado su vida al estudio del arte virreinal. El trabajo de ella no sólo se centra en la investigación, sino también en la curaduría, lo que le ha permitido dar nuevas lecturas a salas de los museos Nacional del Virreinato, en el Estado de México, y Regional de Guadalupe, en Zacatecas.
Por su parte, la arqueóloga Lourdes Suárez volteó la mirada a estudiar el significado y uso que tuvieron los ornamentos de conchas y caracoles en la época prehispánica. Tiene escritos más de una docena de libros, entre ellos: Técnicas Prehispánicas en los objetos de concha (1974); Conchas, caracoles y magia en la cultura mexica (2010) y La joyería de concha en los dioses mexicas (2011).
En el terreno de la investigación del patrimonio cultural sumergido, Pilar Luna Erreguerena merece una mención especial. El 11 de febrero de 1980, formalizó la creación de la Subdirección de Arqueología Subacuática (SAS) del INAH, la cual dirigió desde esa fecha y hasta abril de 2017. Durante esos 37 años, mantuvo la labor sostenida de estudiar y preservar la amplia diversidad de objetos históricos y vestigios culturales que resguardan las aguas marinas y continentales de México, labor que aún desarrolla como investigadora.
Durante su gestión al frente de la SAS puso en marcha proyectos de largo aliento, como el de la Flota de la Nueva España de 1630-1631; el Inventario y Diagnóstico de Recursos Culturales Sumergidos en el Golfo de México; Galeón de Manila, en Baja California; el Atlas Arqueológico Subacuático de cenotes, cuevas inundadas, semi-inundadas y otros cuerpos de aguas continentales de la República Mexicana, y actualmente dirige el Proyecto Arqueológico Subacuático Hoyo Negro, en Tulum, Quintana Roo.
En el estudio del arte primigenio, María de la Luz Gutiérrez, se internó en las sierras de San Francisco y de Guadalupe en el norte de Baja California Sur, para comprender y proteger —en alianza con las comunidades— el arte rupestre.
Respecto a los cargos en la función pública, destaca la antropóloga Aída Castilleja González, secretaria técnica del INAH, quien también es miembro del Programa Nacional Etnografía de los Pueblos Indígenas de México, desde su comienzo en 1999. Como parte de esta iniciativa coordinó el equipo regional Michoacán, que abarca la sierra-costa nahua, la zona mazahua y otomí del oriente y la región purépecha.
Destacada también es la labor de la doctora María Elisa Velázquez, titular de la Coordinación Nacional de Antropología y responsable del Programa Nacional de Investigación Afrodescendientes y Diversidad Cultural de México, el cual busca el reconocimiento pleno de estas comunidades.
En tanto, María Eugenia del Valle, titular de la Dirección de Estudios Históricos del INAH, es experta en temas centroamericanos y del Caribe. A partir de sus estudios promueve la revisión historiográfica de esos países y su relación con el nuestro. Coordinó el Seminario del México Contemporáneo e impulsó la creación de la Cátedra Monsiváis.
Relativo a temas de conservación y/o restauración, Liliana Giorguli, coordinadora nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC-INAH), realiza un trabajo valioso para la recuperación de bienes muebles e inmuebles afectados por los recientes sismos. Dirigió el Taller de Restauración de Pintura de Caballete en la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía; ha participado en varios proyectos en los museos nacionales de Historia, Castillo de Chapultepec, y del Virreinato, así como en el Regional de Durango; Santa Mónica, en Puebla; de Guadalupe, en Zacatecas, y de Acolman, en Estado de México.
Importante también es la contribución de María del Perpetuo Socorro Villarreal Escárrega, coordinadora nacional de Asuntos Jurídicos. Ha trabajado de manera conjunta con la Procuraduría General de la República (PGR), Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) e Interpol, en la gestión y recuperación del patrimonio de nuestro país, inclusive, ha participado en varios foros internacionales relacionados con los procedimientos penales sobre el tráfico ilícito de bines culturales.
Otra de las mujeres destacadas de la institución es la historiadora Adriana Konzevik, coordinadora nacional de Difusión, quien ha tenido a su cargo la edición de diversas obras académicas y de arte, entre ellas: México y su patrimonio (INAH/CVS/JGH Editores); la colección Fototeca (Ediciones ERA/INAH), y la serie infantil ilustrada Guía de exploradores, sobre artistas, museos y zonas arqueológicas (Conaculta/Miguel Ángel Porrúa/México Interactivo).
A cargo del Consejo de Paleontología está Felisa Aguilar, quien ocupa el cargo desde el 26 de mayo de 2017, luego que el INAH reactivara este órgano consultivo. La experta es maestra en Ciencias Biológicas por la UNAM, dentro de la especialidad de Sistemática (área encargada de clasificar a las especies a partir de su historia evolutiva). Su campo de estudio es la paleoecología y recientemente ha desarrollado investigaciones sobre las especies de dinosaurios que habitaron en México durante el periodo Cretácico.
Una gran trayectoria dentro del INAH tiene la etnóloga Julieta Gil, directora de la Galería de Historia, Museo del Caracol. Ha publicados diversos textos vinculados con temas etnográficos e históricos sobre Centro y Sudamérica, la historiografía y protagonismo del Fuerte de San Diego, en Acapulco, Guerrero, y el desarrollo de la actividad museológica en México. En 2005, como directora de la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia (BNAH), impulsó la digitalización de los códices bajo resguardo de dicho repositorio.
Como directoras de Centros INAH están Julia Bendímez (Baja California), Blanca Jiménez (Guerrero), Adriana Velázquez, (Quintana Roo), María Isabel Campos (Morelos), Laura Sirle (Durango), Elsa Rodríguez (Nuevo León) y Rosa Estela Reyes (Querétaro).
En el ámbito museístico, Patricia Ledesma dirige el Templo Mayor; Gloria Artís es la titular del Nacional de las Culturas; Cecilia Genel tiene a su cargo el Nacional de las Intervenciones; Rosa María Franco es directora del Regional de Guadalupe, Zacatecas; Mercedes Gómez-Urquiza encabeza el Nacional del Virreinato; Giovana Jarspersen, el Regional de Antropología, Palacio Cantón, y Lorenza del Río, el Casa de Carranza.
Finalmente, en el terreno académico Julieta Valle, directora de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), tiene a su cargo la responsabilidad de sostener el liderazgo que tiene la escuela como gran formadora de profesionales en el estudio de la realidad del hombre, tanto en México como en América Latina. Vale la pena señalar que en la actualidad hay más estudiantes mujeres de arqueología, que hombres, y también realizan más trabajo en campo.
María Teresa Franco, quien ocupara el cargo de directora general del INAH en dos ocasiones, la primera de 1992 a 2000 y la segunda de 2013 a 2016, merece una mención especial. Durante su vida profesional también ha presidido el Comité Mexicano de Ciencias Históricas (1983-1989) y el Comité del Patrimonio Mundial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura (1996-1997). En su segundo periodo al frente del instituto vio la transición de éste a la estructura de la recién creada Secretaría de Cultura.
Esta inserción femenina en las tareas de salvaguardia del patrimonio mexicano ha sido motivo de impulso para nuevas generaciones y motivó la continuidad de proyectos, su presencia hoy día es fundamental para los pensares y quehaceres del INAH como institución cultural.