Está entrenado para responder a 22 mil preguntas acerca de estas 11 piezas y en caso de no estarlo la plataforma la incluye y ese es el componente de Inteligencia Artificial
Gracias a Watson y con utilización del celular y audífonos, los visitantes al Museo Nacional de antropología e Historia (MNAH), sin costo adicional al de la entrada, los visitantes podrán, por ejemplo, preguntarle a la Coatlicue qué significa su falda de serpientes o por qué no tiene cabeza y descubrir la respuesta.
La plataforma cognitiva diseñada por IBM es una herramienta para explorar el museo de forma libre, sin guías de turistas y sin fichas de información que leer, ya que responde a las preguntas acerca de algunos de los siguientes objetos históricos que constituyen el proyecto “Voces de nuestro tiempo” que incluye el mural de Dualidad de Rufino Tamayo, la Piedra del sol, la Coatlicue, la Piedra de Tizoc, el Ocelocuauhxicalli, el Coyolxauhqui, el Penacho de Moctezuma, el Dintel 26, el Friso Estucado, la Tumba de Pakal y el Chac-Mool.
Watson está entrenado para responder a 22 mil preguntas acerca de estas 11 piezas, y en caso de no estarlo, la plataforma la incluye, y ese es el componente de Inteligencia Artificial (IA) de esta herramienta, es decir, es un sistema que aprende nuevos conceptos y se entrena con la interacción que surge con el público, explicó María Fernanda Martínez del equipo ejecutivo de IBM Cloud.
La IA no es más que un programa de computadora entrenado por el hombre para aprender a analizar, comparar o predecir comportamientos con base a los datos que le son proporcionados. “El componente de IA no es independiente al hombre, ya que las plataformas como Watson no funcionan sin la interacción con los humanos y solo es una nueva forma de relacionarnos con el mundo”, comentó Martínez.
Lo más importante de este proyecto, de acuerdo con Alejandra Cervantes Mascareño, directora del Patronato del Museo Nacional de Antropología son tres cosas: Watson no es un audio que repite lo que está en las placas de información o en wikipedia, ya que es unsoftware al que se le pregunta, con la finalidad de que los asistentes del museo tomen un papel más activo al hacer ellos mismos las preguntas.
“En segundo lugar, la información con la que se entrenó a Watson es actualizada y validada pues utilizamos a historiadores y antropólogos del mismo museo. Y en tercer lugar, los datos que obtendremos a partir de la interacción de esta plataforma con el público son invaluables para el Patronato del museo y para el Instituto Nacional de Antropología e Historia para conocer qué pieza les interesó más, cuáles fueron las preguntas recurrentes, qué preguntas hicieron y no les pudimos contestar. Esto, enriquece el conocimiento sobre nuestro público y nos permite diseñar más y mejores herramientas para satisfacerlo”, indicó.
El proyecto es un parteaguas en el sector cultural al conjuntar la tecnología más moderna del mercado con la historia en uno de los museos más importantes de América. “Las instituciones culturales son muy tradicionales, por lo tanto, este proyecto también representó un gran desafío en el tema de gestión. Hace un año iniciamos las conversaciones para integrar la plataforma cognitiva al museo y nos tomó cerca de cinco meses entrenar a Watson y requirió la ayuda de los historiadores, antropólogos, investigadores y de los visitantes”, concluyó Cervantes.
El proyecto “Voces de nuestro tiempo” estará disponible para el público hasta el 30 de abril.