Un policía lo enfrentó a tiros dentro del Elektra
Posiblemente alentados por los robos cometidos por la “banda del mazo”, tres amigos decidieron probar suerte en una tienda de productos electrónicos, donde pensaban llevarse un jugoso botín y esta noche disfrutar de los cosechado a la mala.
Para ello se hicieron de armas de fuego, aunque la idea principal era que nadie saliera herido, llegarían como es natural como si fueran clientes y al estar seguros de todo sacarían las armas para amedrentar a clientes y trabajadores quienes ya asustados entregarían sus valores y no se opondrían a que se llevaran cuanto quisieran de la tienda.
Para robar esta negociación de Elektra, ubicada en la Calzada Ermita
Iztapalapa y San Felipe de Jesús, en el Barrio San Miguel, delegación Iztapalapa, llegaron alrededor de las 17:00 horas, para lo cual entraron separados y empezaron a revisar los anaqueles y aparatos de electrónica.
Como cualquier comprador se notaban interesados en lo equipos de sonido y celulares. Nadie notó las sonrisas maliciosas, las miradas cómplices y hasta el sudor que corría por su frente ante el nerviosismo de un atraco a mano armada y nada los haría cambiar de opinión.
Fue acaso un abrir y cerrar de ojos lo que duró el momento en que gritaron que se trataba de un asalto, mientras al menos uno esgrimía una pistola asegurando que no dudaría en usarla en tanto le apuntaba a la gente a boca jarro con el peligro de que se le fuera un tiro en medio de su nerviosismo.
Lo que no planearon, o al menos salió de sus cálculos es que al momento del asalto, mientras la gente se tiraba al piso o escondía detrás de los anaqueles, pasaba por el lugar un elementos de Protección Ciudadana, que pistola en mano entró a la tienda para marcarles el alto a los malandrines, uno de los cuales sin medir las consecuencias hizo disparos contra el uniformado; La mala puntería del joven hizo que errara los tiros, no así el policía que dio en el blanco mientras que los otros dos individuos salieron a toda carrera.
Esta acción hizo reaccionar a los clientes que testigos de los hechos rompieron en un sonoro aplauso para su salvador a quien así reconocieron su valor, porque a pesar que su vida estuvo en peligro enfrentó a los pillos y evitó el robo.
Según el protocolo policía este elemento quitó el arma al herido, revisó signos vitales y pidió paramédicos para que lo trasladaran a una clínica.
Por desgracia a este muchacho no le alcanzó la vida para ser atendido y antes que fuera atendido en el hospital su corazón dejó de latir.
