GINEBRA, Suiza.- ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, está observando un importante aumento del número de personas que huyen de la violencia y la persecución en el Norte de Centroamérica. Dado que son muchas las personas que se están desplazando en estos momentos y se hallan en grave peligro, ACNUR hace un llamamiento a la comunidad internacional para que les brinde protección y ayude a los países del Norte de Centroamérica a abordar a su vez las causas primarias de la situación.
A finales de 2017, en todo el mundo se había registrado a más de 294 mil personas solicitantes de asilo y refugiadas procedentes del Norte de Centroamérica, un 58% más que en el año anterior y dieciséis veces más que a finales de 2011.
Las solicitudes para obtener la condición de refugiado de personas de esta región también se están incrementando en el resto del mundo. Entre 2011 y 2017 se presentaron 350mil solicitudes en todo el mundo, de las cuales, cerca de 130 mil 500 son de 2017.
La gran mayoría de quienes huyen buscan protección en Belice, México y en Estados Unidos, o (y de manera creciente) en Costa Rica y Panamá. Muchas son personas vulnerables como mujeres o niños no acompañados o separados de sus familias.
ACNUR recibe constantemente testimonios de personas que han solicitado protección internacional –entre ellos cada vez más niños, niñas y adolescentes- tras huir del reclutamiento forzado por parte de pandillas criminales así como de amenazas de muerte.
A medida que las personas cruzan las fronteras, se van enfrentando a numerosos peligros tales como la violencia perpetrada por grupos criminales, que a menudo deja a las mujeres en una situación particularmente vulnerable a la violencia sexual y la explotación. Sin embargo, al enfrentarse con altos niveles de homicidios, que afectan particularmente a las mujeres, así como violencia de género y contras las comunidades LGBTI en sus países de origen, las personas están realizando estos viajes por desesperación.
ACNUR está trabajando con gobiernos y socios de la sociedad civil para establecer un Marco Integral Regional de Protección y Soluciones (MIRPS). A través de este marco, los desplazados a la fuerza pueden tener acceso a mejores condiciones de acogida y cobijo, procedimientos de asilo más eficaces y eficientes, así como a mejores soluciones tales como garantías de acceso a programas de asistencia social y al mercado laboral.
Respecto a este último aspecto, el marco ayuda a la integración, dado que supone que los refugiados pueden contribuir a su vez a las comunidades que les acogen. Además, el marco establece mecanismos colaborativos de reasentamiento u otras vías legales para aquellos que se encuentran en situación de mayor riesgo, a la vez que refuerza la cooperación con los actores de desarrollo para abordar las causas que subyacen al desplazamiento forzados en esta región.
Sin embargo, las necesidades en la región son enormes. Para este año, ACNUR necesita 36,2 millones de dólares para proveer protección y asistencia a los afectados por la situación del Norte Centroamérica. Hasta ahora sólo se ha recaudado un 12 por cierto de los fondos necesarios.