*Por Zakie Smeke
Ida Vítale (Montevideo 1923) fue galardonada con el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances (24 de noviembre 2018) en Guadalajara. Unos días antes fue laureada con el Premio Cervantes. Su obra poética se caracteriza por poemas cortos y una búsqueda del sentido de las palabras. Además, cuenta en su acervo con el García Lorca recibido en 2015 y el Reina Sofía en 2016. Todos estos homenajes al trabajo de la poeta son reconocimientos prestigiosos para la literatura en español.
Alguna vez, platiqué con un amigo sobre cuál es el significado de los premios que se otorgan a los escritores y poetas. En la reflexión consideramos que un premio se otorga para recompensar los esfuerzos y logros de una persona. De manera evidente, un trofeo es un reconocimiento social, pero también cumple con la función de difundir y acercar el corpus del autor o autora al público que se acerca por primera vez o para volver a la lectura de sus textos nuevamente.
Hoy, gracias a la tecnología, poseemos la ventaja de acceder a las entrevistas y conversaciones que se efectuaron con la poeta. Las redes sociales nos permiten escuchar en voz propia la lectura de sus poemas. Percibimos cómo ella responde a las preguntas que le hacen, y así descubrimos su belleza personal.
De Vítale, me impacta su elocuencia y el uso del lenguaje, su ironía, su humor, la forma como ella se divierte mientras comparte su sabiduría con los entrevistadores y el público. Nos aporta su vitalidad, su energía y la profundidad de su cultura en cada una de sus palabras. En sus respuestas no faltan términos como los siguientes: “a veces, en algunas ocasiones, no siempre”.
Es decir, la poeta apunta a la particularidad, al no todo. Sí, en este caso. Resalta la importancia de ser crítico en el caso por caso. “Hay algunas cosas que no me gustan de las personas, de los países, de los presidentes”.
Su manera de conversar está llena de anécdotas. Por ejemplo, nos enteramos de un encuentro casual con Borges cuando él miraba un aparador en alguna calle del Uruguay, mientras ella iba cargando una máquina de coser de regreso a su casa. De tal forma que no lo acompañó a su destino, pero confío plenamente de que él sabría llegar.
Se puede afirmar que el lector aprende sobre cualquier tema del que ella platique. Da lo mismo si se refiere a los grandes poetas que reconoce que fueron una gran influencia para ella. “Venimos de cientos de lecturas. Todo lo que uno ha leído influye. Son las generaciones invisibles”, dice Vítale. O de temas cotidianos en relación con las actividades de las mujeres que sutilmente apuntan a temas del feminismo.
En Youtube los videos sobre la obra poética y las entrevistas a Vítale se acercan a las mil, dos mil, quizá tres mil visualizaciones. En Twitter la ganadora del premio FIL en Lenguas Romances alcanzó, hasta hoy, 17.6K de visualizaciones. Estos son hechos que se puede interpretar de muchas formas. Una es que la tecnología nos brinda el acceso a la cultura, pero del otro lado, se requiere del deseo del sujeto para acceder a la cultura.
Para aquellos que busquen conocer más sobre la obra de Vítale, recomiendo la introducción de Víctor Sosa en Materiales de Cultura UNAM.
Les dejó uno de sus más recientes poemas.
Ida Vítale
Palabras minuciosas, si te acuestas
te comunican sus preocupaciones.
Los árboles y el viento te argumentan
juntos diciéndote lo irrefutable
y hasta es posible que aparezca un grillo
que en medio del desvelo de tu noche
cante para indicarte tus errores.
Si cae un aguacero, va a decirte
cosas finas, que punzan y te dejan
el alma, ay, como un alfiletero.
Solo abrirte a la música te salva:
ella, la necesaria, te remite
un poco menos árida a la almohada,
suave delfín dispuesto a acompañarte,
lejos de agobios y reconvenciones,
entre los raros mapas de la noche.
Juega a acertar las sílabas precisas
que suenen como notas, como gloria,
que acepte ella para que te acunen,
y suplan los destrozos de los días.
- Doctora en Filosofía Política
- Maestra en Periodismo Político
- Psicoanalista